Durante la etapa de la niñez se aprende todo de forma más rápida que en el resto de la vida. Es por ello que es obligación de parte de los adultos promover estrategias llamativas que estimulen a los niños a tener una enseñanza amena. Para este fin, los juguetes pueden funcionar como herramientas de apoyo si los sabes escoger. Y si no sabes, no te preocupes, aquí está toda la información que necesitas.
El aprendizaje significativo
Este aprendizaje es el que ocurre cuando la persona es capaz de aprender sobre un tema relacionándolo con algún elemento conocido. Es aplicado a través de una secuencia, por ejemplo en la educación formal donde a medida que el niño sube de nivel, aumenta la complejidad en los contenidos estudiados.
Los juguetes para niños forman parte indispensable de este proceso pues los niños aprenden cualquier cantidad de cosas cada día y, sabiendo que gran parte del tiempo lo pasan jugando, entonces se logra ver con mayor claridad la estrecha relación que existe entre uno y otro.
Características para seleccionar un buen juguete
Cada niño tiene su propia personalidad y esto lo iremos descubriendo a medida que le presentemos opciones. En la primera infancia, los juguetes son parte fundamental para conocer sus gustos y preferencias, por lo que unos pueden gustarle mucho a ciertos niños y a otros no. Digamos, entonces, que no existe una regla estricta para definirlos, aunque sí se pueden establecer unas características generales:
- Deben ser divertidos. Aunque cumplan una función educativa increíble, si no llaman la atención de los pequeños, ni aprenderán, ni jugarán, por lo que será un dinero malgastado. Se puede estimular el uso del juguete (si en primera instancia no le prestan atención) jugando con ellos y explicándoles la forma de utilizarlos. Al final, su creatividad se pondrá en acción y lograrán interesarse.
- La seguridad. Es imperativo que se evalúen los niveles de seguridad que presenta el fabricante. Los niños exploran sin temor y esta es la primera razón de los accidentes. Por esta razón, es indispensable que los juguetes estén adaptados a cada edad en específico y que no tengan piezas pequeñas removibles.
- El precio: debemos aprender a diferenciar entre lo que es útil y lo que no, según la gran oferta presentada en el mercado. Aunque este aspecto no va ligado directamente a la utilidad del juguete sino al resguardo de tu economía, la idea no es que gastes un exceso de dinero en un producto que no te ofrecerá lo que esperas o del cual desconoces si le gustará al niño o no.
Ejemplos de juguetes educativos
Seguro ya habrás visto alguno de estos juguetes educativos en casa de algún amigo o por una tienda en Internet. Resaltan frente a otros por ser de uso muy sencillo y que permiten desarrollar múltiples habilidades cognitivas y motoras. Entre los más destacados se encuentran:
- De armar y desarmar: son los que incluyen piezas de todos los tamaños y colores dispuestos para lograr cualquier cantidad de figuras y, lo mejor, es que pueden ser utilizados por niños de todas las edades. En la primera infancia, este juego estimula la coordinación de lo que se ve y lo que se agarra, la motricidad fina, entre otros. Posteriormente, ayuda a ampliar la creatividad y la simulación de objetos reales, por ejemplo, al hacer un barco.
- Los sonoros: son capaces de llamar mucho la atención por sus sonidos llamativos logrando desarrollar la habilidad auditiva. Además, permiten reconocer las formas de muchos instrumentos musicales que podrían motivar su uso en la adultez.
- Las masas flexibles: estas vienen diseñadas para contribuir al desarrollo de habilidades motoras así como la creatividad. Ya que están disponibles en una gran variedad de colores y modelos, así como otros añadidos como moldes, los niños de cualquier edad pueden pasar horas de actividades realizando las más variadas formas.
- Los equipos electrónicos: son ideales para promover un interés real en los niños sobre todo tipo de temas, pudiendo inculcarles la visualización de videos y la práctica de juegos con un alto contenido educativo. El asunto básico con este tipo de productos es la falta de supervisión y de normativas. Los niños no pueden ser sometidos a su uso constante y con los fines que ellos así dispongan, pues de esta forma no se promoverá ningún tipo de aprendizaje. Todo lo contrario, el niño caerá en un estado de piloto automático.
Ya con todo lo visto hasta ahora deberías tener bastante clara la importancia de los juguetes en el desarrollo de nuestros niños. Por ello, no podemos prohibirles el disfrutar de estas actividades en el tiempo de vida que tienen para hacerlo. Nuestra preocupación como adultos es fundamental y somos los guías en todo este camino, por lo que cada paso influirá, positiva o negativamente, en cada uno de ellos.