Que el sector exportador es uno de los motores sobre los que se sustenta la buena marcha de la economía española es una realidad en la que mucho tiene que ver el factor precios. Tal y como se extrae del Informe Trimestral de Competitividad correspondiente al cuarto trimestre de 2014, durante los nueve primeros meses de 2014 los precios de exportación cayeron un 0,8 por ciento, cuatro décimas más que nuestro principal competidor Alemania (-0,4 por ciento).
Con excepción de Italia, cuyos precios se incrementaron un 0,9 por ciento, aunque bien es cierto que el crecimiento fue dos décimas inferior al del mismo periodo de 2013. La tendencia bajista fue constante en toda Europa. Los precios de las exportaciones de nuestros vecinos franceses se vieron mermados un 1,1 por ciento, seis décimas más que en el mismo periodo de 2013). Más acusada fue la caída en los Países Bajos, un 1,9 por ciento y del Reino Unido, un 4,2 por ciento.
Ampliando el ámbito geográfico a los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) que no pertenecen a la Unión Europea, los precios de exportación de todos ellos experimentaron crecimientos superiores al cuatro por ciento, destacan Canadá con un 4,8 por ciento y Nueva Zelanda e Israel ambos con un 4,1 por ciento.
Caída de la renta real
Según los expertos consultados por Diario Financiero, el descenso de los precios no se debería a la falta de consumo sino que «habría que buscarla en otros terrenos como la caída de la renta real». La entrada en los mercados de nuevos agentes exportadores, como los procedentes de mercados asiáticos y latinoamericanos, podrían apuntarse como las causas principales para que el precio se haya convertido en pieza clave en la competitividad de los productos españoles, en particular, y los europeos, en general.
Esta tendencia bajista podría restar algo de crecimiento, aunque «se irá mitigando a lo largo del año por un incremento de la competitividad así como por el tirón de la demanda interna, que mejorará debido a las reforma del mercado laboral, la suavización de las condiciones financieras y la bajada del precio del petróleo». A largo plazo y con miras a 2016, «el efecto va a ser neutro».
BEATRIZ TRIPER