La mejora de la economía se hace notar en las empresas. En 2015 se dieron 5.600 casos de procesos concursales, un 20 por ciento menos que en 2014, y se espera que se reduzcan 10 puntos porcentuales a lo largo de 2016, según el seguimiento de las insolvencias judiciales que realiza el Área de Administración de Riesgos de Crédito y Caución a partir de los datos del BOE.
Sin embargo, continúan estando muy por encima de los niveles previos a la crisis, hasta tres veces por encima. Y es que los procesos concursales crecieron a un ritmo del 100 y del 50 por ciento en 2008 y 2009, alcanzando la cifra récord de los 10.000 casos en 2013. Esto se debió a la falta de la demanda doméstica y la liquidez financiera, aunque en dos años se redujeron casi la mitad.
A pesar de este descenso producido en los últimos años, el entorno de insolvencia continúa siendo fácil y complicado debido al exceso de capacidad, la inactividad de la economía y la incertidumbre del entorno global.