A todos se nos ha quedado cara de poker al recibir algún regalo, que nos ha dejado sorprendidos. Pero sorprendidos para mal. ¿Qué es lo más raro rarísimo que te han regalado? Seguro que no has podido olvidar aquel regalo de tu pareja, amigo o familiar…es algo que te marcará de por vida, lo siento.
Venimos a tranquilizarte porque no eres el único. Se ha realizado un estudio entre casi medio millón de personas sobre los regalos más raros que han recibido. Atento, a ver si coincide con el tuyo.
Un 30% coincidió en haber recibido un regalo “antitecnológico” que, como casi todo lo que no lleva pilas o batería hoy en día, resulta totalmente inservible. Entre los más rarunos encontramos un cepillo de dientes para limpiar las orejas, un lazo hecho de los pelos de cuatro amigas, un chubasquero sin mangas, un peine sin púas o un sobre vacío en el día de la boda. No sé tú, pero mi favorito es el sobre vacío claramente. Se trata del tipo de regalos, que desenvuelves, lo miras extrañado, y llega el peor momento…cuando descubres de qué se trata después de haberle dado mil vueltas a la caja que lo contiene. Miras al emisor del regalo con la sonrisa más falsa que existe en el planeta tierra, y después de balbucear sin sentido, consigues decir “muchas gracias”, y empiezas a inventarte el uso que le vas a dar, o dónde vas a colocarlo, cuando ya estás pensado en encerrarlo en el desván porque si lo tiras a la basura te sientes mal.
Vamos con la siguiente categoría. Un 23% considera el regalo más raro que ha recibido, un producto sexy. Véase una funda para el miembro masculino hecha a ganchillo para los fríos inviernos, unas bragas con lucecitas de colores al más puro estilo Gusiluz, unos calzoncillos de Hello Kitty o una foto de un cliente en tanga. Con esta categoría puedes no sentirte tan identificada, todo dependerá de tu grupo de amigos.
La tercera categoría la compone un 18%. En mi opinión, en este caso los regalos son comprados por enemigos. Enemigos que se hacen pasar por amigos, pero quieren que te des cuenta de que te odian, para terminar con toda esa farsa que comenzaron en algún momento de su vida. Ahí van los mejores ejemplos de clara enemistad: comida para animales para alguien que no tiene ninguno en casa, botas de esquiar para el que no practica esquí, guantes de moto para quien no tiene moto entre muchas otras. Si te ha pasado, no vuelvas a llamar a ese “amigo” que te lo regaló.
Llegamos a la penúltima categoría, sufrida por un 15%. Esta categoría no me disgusta, me parecen regalos muy, pero que muy originales. Se trata de flores venenosas, una ardilla voladora, un ciempiés, un pulpo de ocho centímetros o una bolsa de caracoles. No me digas que, al menos, te entraría la risa al verlo. Algo es algo.
Y la última, la que han sufrido los menos, es la que se compone de un 9% de los participantes, que han sufrido el humor español. Algunos ejemplos son un puzzle de cuatro piezas para alguien que cumple 38 años, aunque quizá alguno no supiera hacerlo, o un lote de gel y perfume de abuelas para alguien que cumple veinte primaveras.
Bueno, todos pertenecemos a alguna de estas categorías aunque nos cueste reconocerlo…ahora pregúntate, ¿perteneces a alguna categoría como emisor del regalo?
Odina Sanz Barnola