Los salarios no subirán el 1,5% pactado en el AENC para 2016

A la vista de los resultados al cierre del 2015 los empresarios consideran «muy irreal» una subida de más de medio punto

Apenas siete meses después de haberse firmado el III Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) entre patronal y sindicatos la preposición «hasta» en lo que toca a los incrementos salariales cobra sentido. Fuentes de CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales) consideran «muy irreal» que este año la subida de las nóminas de los trabajadores alcance el 1,5 por ciento del máximo que se establece en el acuerdo. Es más, «creemos que se quedará entre el 0,90 y el 1 por ciento».

Desde la patronal de los empresarios justifican esta posición en base a los resultados obtenidos a cierre de 2015, año en el que la subida ha sido del 0,74 por ciento, lo que significa 0,17 décimas más que en 2014. A ello se añade que, ¡a la fuerza ahogan! y si a la no consolidada recuperación de la economía española le sumamos la incertidumbre política el resultado se llama parálisis. También en el mercado de trabajo.

Del análisis de los datos sobre la evolución de los salarios, recogida en el informe La evolución de las relaciones laborales en el Estatuto de los Trabajadores elaborado por CEOE, se extrae que mientras que hasta 2008 los incrementos superaban el 3 por ciento, llegando a alcanzar picos del 3,50 por ciento en 2001 y el 3,60 por ciento en 2008, a partir del año 2010 se producen colosales descensos.

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Subida salarial 2014 – 2015. Fuente CEOE/Meyss
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Histórico subida salarial 200 – 2015. Fuente CEOE/Meyss

Misma circunstancia se da en el caso de los convenios que incorporan cláusulas de garantía salarial, que desde 2008 han retrocedido casi 48 puntos, hasta situarse en tan sólo un 19,6 por ciento el pasado año. En este sentido las mismas fuentes de CEOE consideran que este hecho entra dentro de «lo normal», más aún en un mercado laboral que dada la situación de la economía lo que necesita es «buscar certezas en los incrementos salariales». Así, han destacado que en los años previos a la crisis las empresas se veían obligadas a «renegociar subidas imposibles, lo que se tradujo en un aumento de la conflictividad».

Por otra parte, y en relación a las propuestas realizadas por algunas formaciones políticas respecto a igualar el salario mínimo interprofesional (SMI) según las recomendaciones de la Carta Social Europea, desde la patronal se muestran escépticos y consideran que lo primero que se debe hacer es «determinar con precisión» cuántos trabajadores se verán afectados por la subida, que según sus cálculos consideran «no llegarían a 200.000». Además apuntan que se debe tener en cuenta la repercusión directa que tendrá sobre la negociación de los convenios y por ende sobre las empresas y la contratación.

Reforma laboral

La desconocida y volátil situación arrastrada desde las elecciones del 20 D no sólo afectará a la evolución de los salarios, sino también a la contratación, que en España se caracteriza por la preponderancia de los contratos temporales sobre los indefinidos. Sin embargo y, en contra de falsos paradigmas, ésta no es una particularidad reciente sino que se viene heredando desde hace más de dos décadas.

De hecho, y según el informe el mayor porcentaje de contratos indefinidos sobre el total de contratación fue del 11,92 por ciento en el año 2007. En el resto de la serie histórica y «pese a las reformas» los porcentajes se mueven poco más allá del 8 – 9 por ciento (ver cuadro 2).

INDEFINIDOS CEOE
Fuente CEOE/Meyss

Esto demuestra que las políticas de bonificaciones no son todo lo efectivas que se presuponía desde el Gobierno, lo que obliga a plantearse un nuevo giro que dote de aire fresco al mercado de trabajo. Si bien «la actual reforma laboral ha servido para salir de la crisis, se requieren soluciones inmediatas a demandas que no sabemos cuándo van a aparecer», demandaban desde CEOE. Medidas y actuaciones orientadas a dotar de mayor «rapidez y agilidad» al sistema y que estén «vinculadas a la situación económica, que generen certidumbre, confianza y doten de mayor flexibilidad al marco laboral para atraer, además, nuevas inversiones del exterior».

De cara a las propuestas que desde la patronal se plantearán al nuevo Gobierno, sea cual fuere, poca luz se ha arrojado, con excepción de que irán alineadas con la premisa de «mejorar la situación económica y del empleo» y que se mantendrá la «línea recurrente de pedir una rebaja considerable de las cotizaciones sociales«, ya que «las bonificaciones no son la clave para incentivar la contratación en las empresas pero la rebaja de los costes de cotización sí».