Los sindicatos abogan por eliminar las bonificaciones a la contratación

UGT y CCOO defienden una subida de IRPF, Sociedades e impuestos sobre capitales

Adiós a la tarifa plana. Los sindicatos UGT (Unión General de Trabajadores) y CCOO (Comisiones Obreras) pedirán al próximo gobierno eliminar las bonificaciones a la contratación que el gobierno del Partido Popular ha puesto en marcha durante la pasada legislatura.

 

«No se puede seguir bonificando por contrataciones que se iban a hacer de todas maneras y sin embargo están haciendo más grande el agujero. Basta ya de regalos fiscales que lo único que llevan es a incumplir con el déficit», con esta contundencia Ignacio Fernández Toxo, secretario general de Comisiones Obreras, que ha participado junto a su homólogo de UGT, Pepe Álvarez, en los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, mostraba su desacuerdo con medidas que si bien están favoreciendo contrataciones «precarias» impactan de forma perniciosa en el sistema de pensiones.

 

Toxo afirmaba que el sistema necesita inyectar de manera «urgente» 12.000 millones de euros al sistema para evitar que la hucha de las pensiones «se agote en 2018».

 

Asimismo ha defendido que España necesita aumentar el gasto en pensiones hasta niveles en el entorno de un 15%, por lo que urge aplicar una reforma que permita crecer cuatro puntos del PIB. Para conseguirlo es necesario incrementar los ingresos por cotizaciones sociales, aflorando todos aquellos contratos que hoy por hoy no contribuyen a la caja de la Seguridad Social «hay 26.000 millones de salarios que no cotizan». Un añadido más cuyo resultado es que los ingresos por cotizaciones sociales estén entre 8 y 9 puntos por debajo de la media de Europa.

 

Los ingresos por cotizaciones sociales están entre 8 y 9 puntos por debajo de la media europea

 

La tesis era respaldada por el secretario ugetista Pepe Álvarez. Con el objetivo de reequilibrar el sistema desde UGT defienden una subida de los impuestos directos (IRPF, Impuesto de Sociedades e impuestos sobre el capital), «que sean las clases populares las que vuelvan a recuperar lo perdido mediante el reparto de la riqueza, vía impuestos y el reparto de los beneficios, vía salarios». En la parte contraria, se debe bajar el IVA en los productos de primera necesidad. «Dinero hay, pero está mal repartido», concretaba. Toxo, por su parte puntualizaba que «buscar ingresos a través del IVA es gravar dos veces a quien menos tiene».

 

Problema de ingreso

Los sindicatos han insistido en que el problema que tiene España «no es de gasto, sino de ingreso». En este sentido el futuro gobierno deberá poner en marcha una reforma fiscal que ataque a la ingeniería de las grandes empresas y garantice ingresos suficientes, resultado paradójico que «las formaciones llevan compitiendo meses por ver quién reduce más los impuestos mientras luego piden ajustes y copagos». Así una de las propuestas que se han puesto encima de la mesa es la de «destopar tanto la pensión máxima como las bases máximas de cotización, sólo con eso se generarían  7.000 millones de euros».

 

De la misma opinión se han mostrado Jorge Sicilia, economista jefe de BBVA, y Rafael Myro, Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid, que han cerrado la jornada. «La experiencia en materia de bonificaciones no es muy buena», afirmaba Sicilia. En este sentido la solución pasaría por incrementar las políticas activas de empleo que «hagan atractiva la contratación». Asimismo se debe «superar el debate de las cotizaciones sociales y pensar realmente en si éstas ayudan o no a la contratación».

 

Hay que «destopar» los límites máximos en las cotizaciones

 

Myro, por su parte, se ha manifestado a favor de «quitar los límites por arriba» en el caso de las cotizaciones sociales, ya que estarían suponiendo un «agravio comparativo» respecto a quienes cuentan con salarios más bajos.

 

En relación a la propuesta de «ajustar» las cotizaciones sociales por el lado de las contingencias comunes con el objetivo de abaratar los costes de despido que apuntaba el pasado miércoles el presidente de la patronal de los empresarios (CEOE) Juan Rosell, fuentes muy próximas a UGT han sido claras «no nos sentaremos jamás a negociar una propuesta que suponga que sea el trabajador quien pague su propio despido».

 

Subir el salario mínimo

Otro de los temas objeto de debate con los sindicatos, primero, y con los economistas, después, ha sido el del salario mínimo interprofesional. También aquí ha habido consenso a cuatro.

 

UGT y Comisiones han sido rotundos «no vale con subirlo un 0,5% a final de año». Su planteamiento pasa por adaptarlo de forma progresiva «en dos tramos» a los parámetros que se recogen en la Carta Social Europea que lo fija en el 60% de los salarios medios negociados por convenio, o lo que es lo mismo, 950 euros. Al contrario de lo que se dice «no tendría efectos negativos, sino que impactaría sobre el consumo y aumentaría la base mínima de cotización», mejorando así los ingresos en la caja de la Seguridad Social y repercutiendo de forma positiva en el estado de bienestar.

 

A este respecto, Rafael Myro, puntalizaba que esta subida debe ir acompañada de la «desregulación de sectores (como la construcción) que cuentan con salarios excesivamente elevados». El Economista Jefe de BBVA, por su parte, ponía el acento en que «la obsesión no debe estar en bajar o no bajar salarios, sino en los efectos perniciosos que pueden derivarse de las medidas que se adopten», lamentándose además de que durante la crisis los ajustes se produjeron «por cantidad en vez de por precios».