El 28 de marzo de 1926 nace en el palacio de Liria (Madrid), la XVIII duquesa de Alba, fruto de la relación entre Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó, duque de Alba y de Berwick, y María del Rosario de Silva y Gurtabay, marquesa de San Vicente del Barco. Fue bautizada en la capilla del Palacio Real de Madrid, y apadrinada por los Reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia.
A los seis años de edad quedó huérfana de madre, por ello siempre estuvo muy unida a su padre, del que es su única descendiente. Recibió una educación de calidad, pero tras la República en 1931, se exilió con su familia en París. Después de regresar a España, pasó la Guerra Civil en Sevilla, pero su padre fue nombrado embajador de España en Londres y se vio obligada a instalarse con él en la capital británica, donde pasó la Segunda Guerra Mundial. A los 17 años fue presentada en sociedad en el Palacio de las Dueñas (Sevilla), y su padre le cedió el Ducado de Montoro, título concedido en 1660 por Felipe IV.
En 1947 contrae matrimonio en Sevilla con Luis Martínez de Irujo y Artacoz, hijo de los duques de Sotomayor. Seis años después fallece su padre, y ella se convierte en la XVIII duquesa de Alba, además de ostentar el resto de títulos heredados de sus progenitores. El amor que siente la duquesa por Sevilla es recíproco, en 1968 la ciudad la nombra Hija Adoptiva. Tras la muerte de su primer marido por leucemia en 1972, la duquesa se casa por segunda vez con Jesús Aguirre y Ortiz de Zárate, que hasta su muerte en 2001 se encarga de los asuntos económicos y culturales de la Casa de Alba. Se crea en 1975 la Fundación Casa de Alba propiedad de la familia a la que también pertenecen tres palacios: el de Liria de Madrid, el de Las Dueñas de Sevilla y el de Monterrey en Salamanca.
Las principales pasiones de la duquesa son la pintura y el baile flamenco, un arte que aprendió de Pastora Imperio y Enrique el Cojo. Muy aficionada a los caballos, donde jugó un papel importante el duque de Alburquerque, un gran caballista del que aprendió los secretos de la monta en la Academia Militar.
En 2008 la duquesa y Alfonso Díez ocupan las primeras portadas debido a su posible boda. En este mismo año, el Instituto Español Reina Sofía de Nueva York le hace entrega de la Medalla de Oro 2008, debido a su compromiso con la conservación del patrimonio cultural español. En 2009 se inaugura la exposición Colección Casa de Alba en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, donde se muestran 40 piezas, cinco de ellas procedentes del Palacio de las Dueñas.
Posee una veintena de títulos honoríficos, además de 49 títulos nobiliarios, veinte de los cuales son Grandeza de España, seis de ellos cedidos a sus hijos: Carlos, Alfonso, Jacobo, Fernando, Cayetano y Eugenia.
Es difícil saber el patrimonio exacto de la duquesa, aunque se calcula unos 2.800 millones de euros aproximadamente. Se dice que podría cruzar la península de norte a sur sin necesidad de abandonar sus fincas, casi nada. Únicamente en tierra posee 34 mil hectáreas por valor de 200 millones de euros, lo que se traduce en 340 kilómetros cuadrados, más o menos media isla de Lanzarote. Además posee palacios y castillos, entre los que se encuentran el Palacio de Monterrey (Salamanca) o el de Dueñas (Sevilla), con una superficie de 10.000 metros cuadrados y un precio de 30 millones de euros.
También el Palacio de Liria valorado en 20 millones de euros, situado en pleno centro de la capital española. De sus paredes cuelgan valiosas obras de arte, entre las que se encuentra una del mismísimo Goya por valor de 24 millones de euros. Para demostrar su amor por los libros, posee una biblioteca valorada en 20 millones de euros, que cuenta con más de 30.000 volúmenes y un archivo histórico tasado en 41 millones de euros. En la biblioteca también se encuentra la primera biblia en castellano que posee por dos millones y medio de euros. Por si fuera poco, cuenta con tesoros únicos como 21 documentos autógrafos de Cristóbal Colón. Actualmente, parte de toda esta fortuna está en manos de sus seis hijos.
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