Desde que su padre, Iker Casillas enseñase por fin la carita de Martín, el bebé que ha tenido con Sara Carbonero, no ha parado de salir en todas partes. Todo el mundo está de acuerdo en dos cosas: es precioso y es igual que su madre.
Los bebés, por regla general, no tienen por qué ser pasados por los filtros del photoshop porque de manera innata tiene una maravillosa piel. De este modo, no se entiende que al pobre bebé, que es un monada, le hayan pasado esta herramienta de tratamiento de la imagen. ¿Era necesario? NO.