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Más autónomos cotizando por ‘paro’

La recaudación por cese de actividad creció un 9,39 por ciento en el mes de marzo

La conciencia de cotización empieza a calar poco a poco entre el colectivo de autónomos. Además de que durante el mes de marzo la cotización al RETA (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos) se elevó en un 1,87 por ciento con respecto al mismo mes del año pasado, y alcanzó los 2.576,66 millones de euros, los ingresos por cese de actividad (el paro de los autónomos) se elevaron un 9,39 por ciento, hasta los 37,28 millones de euros. Con esta, y desde que se inició el año, ya van tres meses consecutivos de subida en los ingresos de cotizaciones por este concepto.

Este crecimiento demuestra que las medidas de impulso al autoempleo que se han puesto en marcha durante esta legislatura por parte del Gobierno y del ministerio de Empleo empiezan a dar sus frutos. A la vista de los datos se hace cada vez más factible que se cumplan los objetivos de 3,6 millones de autónomos, anunciados por la ministra Fátima Bañez, en los que tendrá mucho que ver el recién aprobado anteproyecto de Ley de Fomento del Autoempleo, que amplía la posibilidad de recuperar la prestación por desempleo hasta cinco años después de iniciar una actividad por cuenta propia.

¿Qué es el cese de actividad?

La prestación por cese de actividad, más conocida como paro de los autónomos, es una protección voluntaria que se calcula aplicando el 2,2 por ciento sobre la base de cotización al RETA. Es decir, entre 20 y 66 euros más que, si bien es cierto suponen una cuesta arriba en el gasto mensual del autónomo, garantizan una cobertura mínima de algo más de 600 euros durante seis meses para aquellos que hayan cotizado durante dos años por este concepto. Nómina  que se mejora en función del periodo y base de cotización (70 por ciento sobre la misma). Por otra parte, cotizar por cese de actividad implica que un 1 por ciento de la cuantía se destina a acciones de formación e inserción laboral gestionadas por los Servicios Públicos de Empleo de las Comunidades Autónomas.

Con el objetivo de mejorar la protección social de los autónomos, el Gobierno valoró el pasado año convertir en obligatoria la cotización por cese de actividad -medida por otra parte que no está mal vista por el colectivo-. Sin embargo, esta opción ha quedado postpuesta hasta que no se produzca una mejoría más profunda en la economía. Lo que sí se ha producido es una flexibilización de las obligaciones exigidas para acceder al cobro de la prestación, especialmente en lo relativo a las pérdidas a demostrar que desde principios de año pasaron a ser del 40 al 10 por ciento (30 puntos porcentuales inferior).

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