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Más de 170 países se comprometen a combatir la malnutrición con políticas y acciones firmes

Ministros y altos cargos de más de 170 países, entre ellos España, asumieron este miércoles una serie de compromisos concretos y adoptaron un conjunto de recomendaciones sobre las políticas e inversiones destinadas a garantizar que todas las personas tengan acceso a dietas más saludables y sostenibles, en un paso importante para la erradicación de la malnutrición en el mundo.

Así lo aseguraron en un comunicado conjunto la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), organizadoras de la II Conferencia Internacional sobre Nutrición (CIN2), inaugurada hoy en Roma (Italia).

Ministros y altos funcionarios responsables de salud, alimentación o agricultura y otros aspectos de la nutrición, entre ellos la ministra española de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, adoptaron la Declaración de Roma sobre la Nutrición y un marco de acción, que establece recomendaciones sobre políticas y programas para abordar esta temática a través de múltiples sectores.

La Declaración de Roma sobre la Nutrición, formalizada en la apertura de la conferencia, consagra el derecho de toda persona a tener acceso a alimentos inocuos, suficientes y nutritivos, y compromete a los gobiernos a prevenir la malnutrición en todas sus formas, incluyendo el hambre, las carencias de micronutrientes y la obesidad.

El Marco de Acción reconoce que los gobiernos tienen el papel y la responsabilidad principal de abordar los problemas y desafíos de la nutrición, en diálogo con una amplia gama de partes interesadas, incluyendo la sociedad civil, el sector privado y las comunidades afectadas.

Sobre la base de los compromisos, metas y objetivos de la Declaración, el Marco establece 60 acciones recomendadas que los gobiernos pueden incorporar en sus planes nacionales de nutrición, salud, agricultura, educación, desarrollo e inversión, y a tener en cuenta cuando se negocien acuerdos internacionales para lograr una mejor nutrición para todos.

«Tenemos el conocimiento, la experiencia y los recursos necesarios para superar todas las formas de malnutrición», aseguró en su intervención el director general de la FAO, José Graziano da Silva, quien añadió que «los gobiernos deben liderar el camino, pero la presión para mejorar la nutrición global debe ser un esfuerzo conjunto, con la participación de las organizaciones de la sociedad civil y el sector privado».

Da Silva señaló que de que la Declaración de Roma y el Plan de Acción «son el punto de partida de nuestros renovados esfuerzos para mejorar la nutrición para todos, no son la línea de meta. Nuestra responsabilidad es la de transformar el compromiso en resultados concretos».

«Ahora debemos redoblar nuestros esfuerzos», señaló el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, en un mensaje transmitido por video a los participantes en la CIN2, en el que mostró su deseo de «conocer el compromiso nacional que cada uno de ustedes va a asumir», en tanto que indicó que la ONU «se compromete a hacer todo lo posible para aportar un apoyo eficaz».

Por su parte, la Directora General de la OMS, Margaret Chan, destacó «el sistema alimentario mundial, con su dependencia de la producción industrializada y los mercados globalizados, produce abundantes suministros, pero crea algunos problemas de salud pública».

«Una parte del mundo tiene muy poco que comer, con millones de personas vulnerables ante la muerte o las enfermedades causadas por las carencias de nutrientes. Otra parte come en exceso, con una obesidad generalizada que hace retroceder las cifras de esperanza de vida y eleva los costes de la atención sanitaria a niveles astronómicos», explicó.

800 MILLONES DE HAMBRIENTOS

El Marco de Acción establece mecanismos eficaces de rendición de cuentas, incluyendo marcos de seguimiento para los progresos, así como objetivos de nutrición e hitos basados en indicadores acordados a nivel internacional. Los países firmantes deben lograr resultados concretos para 2025, incluidas las metas existentes para mejorar la nutrición de las madres, los lactantes y niños pequeños, y para reducir los factores de riesgo nutricionales de enfermedades no transmisibles como la diabetes, las cardiopatías y ciertos tipos de cáncer.

La Declaración y el Marco son el fruto de casi un año de intensas negociaciones que han involucrado a representantes de los países miembros de la FAO y la OMS. Los países reconocieron que, a pesar de se han logrado avances importantes en la lucha contra la malnutrición desde la primera Conferencia Internacional sobre Nutrición de 1992, el progreso ha sido insuficiente y desigual.

La FAO y la OMS recalcaron que, si bien la prevalencia del hambre se ha reducido en un 21% desde el período 1990-92, todavía hay en el mundo más de 800 millones de personas hambrientas. Aunque también ha disminuido su impacto, se calcula que en 2013 había aún 161 millones de niños de menos de cinco años afectados por el retraso en el crecimiento (estatura baja para la edad) y 51 millones por la emaciación (bajo peso para la estatura). La subalimentación está vinculada a casi la mitad de todas las muertes de niños menores de cinco años, unas 2,8 millones al año.

Además, más de 2 000 millones de personas se ven afectadas por las carencias de micronutrientes, o «hambre oculta», debida a la insuficiencia de vitaminas o minerales. Mientras tanto, la carga de la obesidad está creciendo rápidamente, con alrededor de 500 millones de personas obesas ahora, y tres veces más sobrepeso, en tanto que unos 42 millones de niños menores de cinco años tienen sobrepeso.

 

Fuente: Servimedia

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