Médicos Sin Fronteras (MSF) ha denunciado que el personal y las estructuras médicas sufren las consecuencias de los violentos ataques que asolan Sudán del Sur desde hace dos meses y medio, hasta el punto de que varios pacientes han sido asesinados en las camas de los hospitales, decenas de salas hospitalarias han sido quemadas; el material de muchas clínicas, puestos de salud y centros hospitalarios ha sido robado, y un hospital de esta ONG fue completamente destrozado.
Además, afirmó que cientos de miles de personas se han visto privadas de una asistencia médica vital, en un balance realizado por MSF desde Juba, la capital de Sudán del Sur, y dada a conocer en un comunicado.
El coordinador general de MSF en Sudán del Sur, Raphael Gorgeu, señaló que «los ataques a estructuras médicas y pacientes son el telón de fondo de las agresiones indiscriminadas que se están llevado a cabo en ciudades, mercados y lugares públicos».
«Estos ataques demuestran una falta total de respeto a la misión médica y deja a las personas más vulnerables sin una asistencia sanitaria que es vital para ellos», añadió.
La localidad de Malakal, en el Estado del Alto Nilo, es un ejemplo que ilustra el grado de violencia que se está alcanzado en Sudán del Sur, según MSF, ya que estos días se han vuelto a producir nuevas violaciones de las estructuras médicas después de que los equipos de esta organización se vieron obligados a evacuar temporalmente su proyecto humanitario el pasado mes de enero.
El pasado sábado, a su regreso al hospital de Malakal, los equipos de MSF descubrieron 14 pacientes sin vida en el interior de las instalaciones, varios de ellos con signos de haber sido tiroteados cuando estaban en sus camas, mientras que otros 75 estaban demasiado débiles o muy mayores.
Además, muchas salas del hospital, incluyendo el lugar para tratar a los niños desnutridos, estaban quemadas y el centro fue saqueado. MSF evacuó a los pacientes más graves, 13 de ellos con heridas de bala, a la base de la ONU en Malakal para que sean tratados en condiciones de seguridad.
MSF tuvo que suspender temporalmente sus actividades en la ciudad de Leer (Estado de Unidad), puesto que su hospital había sido saqueado, quemado y completamente destrozado, en tanto que muchas zonas de esta localidad corrieron la misma suerte porque fueron arrasadas.
«La asistencia médica en Sudán del Sur está en el punto de mira. Los hospitales ya nos son lugares seguros donde recibir tratamiento, sino objetivo de ataques brutales e indiscriminados. Son lugares temidos y no en los que confiar. Su rol ha sido completamente invertido. Cientos de miles de personas necesitan urgentemente refugio, comida, agua y asistencia médica en Sudán del Sur, pero la pregunta que nos hacemos nosotros en este momento es cómo podemos proporcionar una asistencia efectiva y neutral en medio de este clima de falta de respeto y miedo», concluyó Gorgeu.
Fuente: Servimedia