El tenista ruso Daniil Medvedev conquistó este domingo su primer ‘Grand Slam’ al superar (6-4, 6-4, 6-4) al serbio Novak Djokovic en la final del US Open, un brusco despertar para el número uno.
Nueva York estaba preparada para la fiesta de ‘Nole’. El serbio buscaba ser el primer tenista desde Rod Laver (1969) en lograr los cuatro ‘grandes’ de una temporada y además superar al suizo Roger Federer y al español Rafa Nadal en el triple empate a 20.
Medvedev, en su tercera final de esta categoría, tenía otro plan, desquitarse de las derrotas en Australia este año y hace dos en el Abierto estadounidense. El ruso martilleó como sabe y a Djokovic no le funcionó nada, entrando en crisis en el segundo set.
La presión hizo estragos en un ‘Nole’ cuya proyección hacia el mejor tenista de la historia le pudo jugar una mala pasada. Así, en sus últimos coletazos, dejó una imagen para el recuerdo, llorando en su silla con la Arthur Ashe pidiéndole un poco más de final.
El de Belgrado no empezó bien con su saque, perdió el primer turno y sufrió con el segundo, una pequeña renta suficiente para que Medvedev se llevara la primera manga. En la segunda, Djokovic subió su habitual despliegue al resto pero no logró el ‘break’, frustrado especialmente en el cuarto juego hasta romper su raqueta.
Esta vez, el campeón de 20 ‘grandes’ no supo canalizar ese enfado ni seguir concentrado en el juego, y Medvedev, que logró el ‘break’ a continuación, aprovechó el momento temiendo un posible despertar de su peligroso rival. Sin embargo, ‘Nole’ empezó aún peor el tercer set, un doble ‘break’ clave para el ruso.
El número dos del mundo tuvo un primer saque para cerrar el campeonato, pero dos dobles faltas y mucha tensión dieron un hilo de vida a Djokovic. El serbio se desahogó con esas lágrimas y esperó otro favor del ruso, pero Medvedev ya no es uno más, es un campeón de ‘grande’ que busca su pedazo de historia.