Meliá Hotels International registró pérdidas de 485,4 millones de euros a nivel consolidado en los primeros nueve meses de 2020, frente a los beneficios de 109 millones de euros del mismo periodo del año anterior, según ha notificado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la compañía, que confía en que «lo peor de la crisis haya quedado atrás» a pesar de la incertidumbre sobre el cuarto trimestre del año.
El resultado consolidado atribuido de la compañía arrojó pérdidas de 469,6 millones de euros, frente a los 101 millones de beneficios del año pasado. La compañía contabilizó un resultado bruto de explotación (Ebitda) negativo de 98,9 millones de euros, frente al positivo de 374 millones de euros de un año antes.
Las pérdidas operativas alcanzaron los 416,2 millones, frente al beneficio operativo de 187 millones del mismo periodo del año anterior.
Hasta septiembre, los ingresos de la cadena hotelera cayeron un 69%, hasta los 430,3 millones de euros, mientras que redujo los gastos un 46,9%, hasta los 528 millones de euros. En estos meses no ha generado plusvalías por venta de activos.
La ocupación de los hoteles en propiedad y alquiler cayó 27 puntos porcentuales en estos nueve meses, hasta el 44,8%. El precio medio por habitación fue de 113,4 euros (-8,4%) y los ingresos por habitación disponible se desplomó un 42,8%, hasta los 50,9 millones de euros.
OCUPACIÓN
Incluyendo los hoteles en gestión, la ocupación baja al 38,8% (27,5 puntos porcentuales menos), con ingresos por habitación disponible de 39,3 euros (-44,7%) y un precio medio de 101,2 euros (-5,7%).
En el tercer trimestre, las pérdidas consolidadas fueron de 114,5 millones de euros (frente a beneficios de 62,2 millones de euros) y el Ebitda fue negativo en 27,6 millones. Los ingresos se redujeron un 78,6%, hasta los 111,1 millones de euros, con una reducción de los gastos del 60,6%, hasta los 138 millones de euros.
Ante la incertidumbre sobre la duración de la pandemia, la compañía mantiene como prioridad proteger su posición de liquidez para afrontar los próximos meses. Por ello, trabaja en la refinanciación de los vencimientos de los próximos años.
A cierre de septiembre, la situación de liquidez ascendía 442,5 millones de euros, mientras que la deuda neta ascendía a 2.425,7 millones de euros.
La compañía señala que los retos del cuarto trimestre vienen marcados por las potenciales restricciones que están implementando los gobiernos ante los rebrotes de coronavirus, por lo que apostará por una estrategia «con alta flexibilidad». Señala que, en estos momentos, solo el negocio en China está alcanzando un nivel de actividad similar al anterior a la crisis.
Espera que la recuperación se produzca antes en el segmento vacacional y los hoteles de ocio que en los urbanos. Por todo ello, la compañía está enfocada en acelerar la recuperación, trabajando para contener gastos y con un nuevo modelo operativo que garantice la eficiencia a través de la adaptación de la operación al entorno cambiante.