Miguel Martí, el empresario disfrazado de chef

Quien conoce la Comunidad Valenciana, sabe que la gastronomía es una parte integral de su cultura y ahí, un hombre destaca no solo por su habilidad culinaria, sino también por su destreza empresarial. Miguel Martí, nacido en el seno de una familia de «llauradors» (labradores en valenciano), ha emergido como uno de los empresarios gastronómicos más influyentes y exitosos de la región. Su historia es una mezcla de resiliencia, innovación y pasión por lo que hace. Se sientan con él para descubrir cómo este chef se ha convertido en un gigante de la hostelería.

De la adversidad a la oportunidad

Miguel Martí creció en una familia humilde que lo perdió todo en la riada de Tous en 1982. «No teníamos para comer«, recuerda Miguel. A los 12 años, un amigo con una pizzería le ofreció trabajo limpiando platos. Así comenzó su viaje en la hostelería. “De repente, el que hacía las pizzas falló, y ahí estaba yo, haciéndolas mientras seguía estudiando y recogiendo naranjas los fines de semana para ayudar en casa y ahorrar para algún caprichito”, dice entre risas.

¿Cuándo te diste cuenta de que la hostelería era más que un trabajo temporal?

Miguel Martí: No figuraba entre mis opciones, pero la necesidad la convirtió en la primera. Sin embargo, pronto empezó a «picarme el gusanillo» y me di cuenta de que este era un campo en el que podía crecer. Decidí prepararme y fui a estudiar hostelería a Castellón. Sabía que necesitaba formación.

El salto a la profesionalización

Con una beca, Miguel cambió los fogones de Castellón por unos en Suiza y luego Francia. Pero no se trataba solo de cocinar; Miguel quería ser empresario. “Quería poder tomar mis propias decisiones, pero no tenía recursos. Así que comencé a darle una vuelta a Boramar, un restaurante en Benicassim, y junto con Rafa Pallarés, el dueño, lo convertimos en un éxito”. Aunque pronto se dio cuenta de que la empresa familiar de Boramar no le ofrecía perspectivas de crecimiento, así que aceptó dirigir el restaurante del Hotel Astoria en Valencia, donde estuvo ocho años.

Pregunta: ¿Cuál fue tu mayor reto al dirigir el restaurante del Astoria?

Miguel Martí: Fue un periodo de gran aprendizaje. No solo era gestionar el restaurante y sus eventos también había varias masías en el grupo. La mayor dificultad fue mantener la calidad y la innovación constante. Pero cada desafío me preparó para lo que vendría después.

La creación de sus propios establecimientos 

En 2008, Miguel abrió su propia Masia de La Ópera justo cuando Lehman Brothers quebraba. “Siempre he lanzado mis proyectos en tiempos de crisis, lo cual nos hace más fuertes”, dice con una sonrisa. Y no se detuvo ahí. Convirtió cafeterías en discotecas, abrió nuevas masías y, durante la pandemia, inauguró «El Telar de Miguel Martí» en Valencia. “Tuvimos el lugar acabado y durante casi dos años estuvimos sin poder celebrar eventos, pero seguimos adelante”, afirma.

Pregunta: ¿Cómo manejaste la incertidumbre de la pandemia?

Miguel Martí: Fue muy difícil, pero esas circunstancias te obligan a pensar en múltiples planes. Tienes que tener el A, el B, el C, el D… No hay nadie detrás de ti para apoyarte, así que desarrollas una resistencia única. Además, en este periodo también abrimos El Ceramista en el estadio del Villarreal.

Mirando al futuro

Con la mirada siempre puesta en el horizonte, Miguel prepara nuevos proyectos como «El Roig Arena» para 2025, un complejo que incluirá restaurantes, ultramarinos, zonas VIP y áreas para eventos. Este verano, además lanzó los Villa Experience con Music Republic, una serie de experiencias familiares en Benicassim y Jávea que proponen planes para los más pequeños y mayores con food tracks, zona de actividades para niños, conciertos en directo y market places. Los Villa Experience están colgando el cartel de «lleno» prácticamente de lunes a domingo.

Pregunta: ¿Qué te motiva a seguir innovando?

Miguel Martí: Siempre estoy buscando necesidades que podamos cubrir. La experiencia te da información valiosa. Aunque solo me involucro en negocios relacionados con la gastronomía. Es fundamental ser fiel a uno mismo y hacer algo que realmente te guste. El dinero rápido no existe; para mí, es una consecuencia de las cosas bien hechas.

Consejos para emprendedores

Miguel es un firme creyente en la autocrítica y la mejora continua. “A veces, tenemos que parar y analizarnos para mejorar. Rodearse de gente mejor que uno es clave. Un buen empresario trabaja duro, tiene visión a corto y largo plazo» Y lo más importante, asegura: «saber diferenciar entre dos cosas aparentemente iguales. Esto lo aprendí de una persona a la que admiro y tiene toda la razón. El buen empresario siempre sabe diferenciar entre dos cosas que parecen lo mismo, pero que realmente, no lo son. Esto siempre es lo que marca la diferencia«.

Pregunta: ¿Cuál es tu filosofía empresarial?

Miguel Martí: Las empresas que no crecen, mueren. Mi lema: «Hay que seguir empezando, seguir aprendiendo y seguir innovando. La clave es adaptarse y estar dispuesto a cambiar, aunque duela«.

La importancia del lápiz

Miguel Martí: «Una vez, un cliente, al verme tomar notas con un lápiz me preguntó ¿eres muy de lápiz?. Le respondí que sí que el bolígrafo no me gustaba tanto. Y me explicó que la gente que prefiere el lápiz está dispuesta a borrar y cambiar. Están abiertas a escuchar y modificar sus ideas, aunque moleste. Me alucinó porque es verdad, para poder adaptarte y evolucionar hay que ser flexibles y eso es algo que las circunstancias siempre me han enseñado. Aprendí que si eres rápido cambiando y adaptándote, puedes salir «airoso» de las etapas de crisis«.

Pregunta: ¿Hasta qué punto es tan importante evolucionar?

Miguel Martí: Un año fuimos a Silicon Valley y leí: «tenemos que hacer obsoleto todo lo que hemos creado este año«. Esto ahora, nosotros también lo aplicamos a la gastronomía, de hecho tenemos una cheescake que todos los años estamos obligados a cambiarla, está la del 22,23,24… hay que evolucionar para ser mejor. No debes de creerte que eres el mejor. Tienes que rodearte de gente que es mejor que tú y escucharle. Sobre esa base, sigue escribiendo, no pongas el punto y final.

Formación y colaboración

Miguel participó en el 15X15 de EDEM, un programa que reúne a empresarios de distintos sectores. “Haciendo estas formaciones te das cuenta de que, aunque sean diferentes sectores, todos enfrentamos los mismos problemas”, dice. Este intercambio de ideas y experiencias es fundamental para el crecimiento.

Miguel Martí: La importancia de seguir aprendiendo y de innovar continuamente. Yo tengo un lema: «Seguimos empezando, seguimos aprendiendo y seguimos innovando«. No importa lo que hayas hecho antes, siempre hay que buscar nuevas formas de mejorar y adaptarse a las necesidades del mercado.

Miguel Martí es un ejemplo de cómo la adversidad puede convertirse en el catalizador del éxito. Su capacidad para transformar crisis en oportunidades, junto con su incansable búsqueda de la excelencia, lo ha consolidado como un referente en la Comunidad Valenciana y más allá. Como él mismo dice, “Seguimos empezando, seguimos aprendiendo y seguimos innovando”.

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Natalia Tripipatkul

Gabinete de Comunicación Digital CocoGlobalMedia info@cocoglobalmedia.com