En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Montero expuso una vez más el estribillo de que éste “es un momento histórico, único, inédito”, no es “un momento más” sino “un momento importante en la historia de España” y no se puede enfocar su negociación partiendo de los “esquemas tradicionales” y “como si no hubiera ocurrido nada, como si no hubiera cambiado el mundo”.

De nuevo, la ministra abanderó unos Presupuestos “progresistas” pero a la vez “incluyentes que nos alberguen a todos”, con los que “nadie se quede atrás” pero a la vez “apoyen el crecimiento económico” y a las empresas. “Los ciudadanos no entenderían que la política no responda de una forma especial a un momento especial”, advirtió.

En definitiva, que el Gobierno necesita para sacarlos adelante “cuantos más apoyos sea posible, mejor, para que todos nos sintamos reflejados”. Y, así, aunque, por última vez esta misma mañana en una entrevista, Iglesias ha explicado de manera clara cuáles son sus preferencias” por la mayoría de la investidura, Montero le suscribió sólo a medias: “Tenemos que hacer un trabajo arduo con esas formaciones que apoyaron la investidura, pero no sólo. Debemos intentar ampliarla a la totalidad del arco parlamentario, incluido el PP”.

Montero reiteró su intención de presentar los Presupuestos en el Congreso de los Diputados “en tiempo y forma”, “a finales de septiembre o principios de octubre”, pero puntualizó que, más allá de la fecha, “lo importante es que los Presupuestos sean progresistas, sean inclusivos y cuenten con el mayor número de apoyos posible”. Dio así a entender que supeditará la fecha exacta a que cuente con respaldos suficientes para ser aprobados.