El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha advertido este miércoles de que el Ejército israelí «está preparado para una acción muy poderosa» en la frontera con Líbano, en el marco de los más de siete meses de enfrentamientos con el partido-milicia chií Hezbolá a raíz de los ataques perpetrados el 7 de octubre por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás).
«Estamos preparados para una acción muy poderosa en el norte», ha dicho Netanyahu en un breve mensaje en su cuenta en la red social X, donde ha publicado un vídeo de su visita a la ciudad de Kiryat Shmona, situada en el norte del país y objetivo de decenas de ataques con proyectiles y drones por parte de Hezbolá en el marco de los combates en la zona.
En el mismo, el primer ministro israelí ha afirmado que «aquel que piense que puede causarnos daño y que nos quedaremos de brazos cruzados comete un grave error», en referencia a los grandes incendios registrados esta semana en el norte del país a causa de los ataques perpetrados por el grupo libanés.
«El suelo ardió ayer y me alegro de que lo apagaran», ha dicho a los bomberos, antes de agregar que «el suelo también ardió en Líbano». El primer ministro de Israel se ha reunido además con militares de la 769ª Brigada para abordar las operaciones contra Hezbolá, según ha informado el diario israelí ‘The Times of Israel’.
El Ejército de Israel ha confirmado a primera hora del día a través de un breve comunicado publicado en su página web que durante las últimas horas ha bombardeo dos supuestas «lanzaderas» de Hezbolá en Aita al Chaab y Zabkin, así como tres «edificios militares» el Al Adeisa, Bleida y Markaba, sin que por ahora haya informaciones sobre víctimas.
Posteriormente, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han confirmado el derribo de dos «objetivos aéreos sospechosos» lanzados desde Líbano contra territorio israelí. Así ha destacado que «tras las alertas sobre la infiltración de un aparato hostil en el norte del país, los sistemas de defensa aérea interceptaron con éxito un objetivo aéreo sospechoso en el área de Metula tras su entrada desde Líbano».
«Poco después, otra alerta ha sido activada en el norte del país y se ha interceptado un objetivo aéreo sospechoso que entró en el país desde Líbano. El incidente ha llegado a su fin», ha manifestado, al tiempo que ha señalado que se han activado las alertas por proyectiles y misiles «ante el temor por la caída de los fragmentos del interceptor» y ha reseñado que «no hay víctimas ni daños».
Por su parte, Hezbolá ha reclamado la autoría del lanzamiento de proyectiles de artillería y misiles contra «fuerzas enemigas» en el norte de Israel, en el marco de su respuesta «en apoyo al firme pueblo palestino en Gaza», según la cadena de televisión libanesa, vinculada al grupo.
AUMENTO DE LAS TENSIONES
La visita de Netanyahu llega un día después de que el ministro de Seguridad Nacional de Israel, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, se desplazara a Kiryat Shmona, desde donde reclamó «destruir» los «bastiones» de Hezbolá y defendió «una guerra» con Líbano. «No puede ser que nuestra tierra arda y que haya paz en Líbano. Tenemos que quemar y destruir todos los bastiones de Hezbolá. Guerra», dijo.
El Ejército israelí y Hezbolá –respaldado por Irán y que cuenta con un importante peso político en Líbano– mantienen una serie de enfrentamientos desde el 8 de octubre, un día después de los ataques perpetrados por Hamás, que se saldaron con cerca de 1.200 muertos y unos 240 secuestrados, según los balances facilitados por las autoridades de Israel.
Los combates han dejado alrededor de 400 muertos en Líbano, según ha informado este miércoles el Ministerio de Sanidad libanés, un balance publicado a través de su cuenta en la red social Facebook y que no diferencia entre miembros de Hezbolá y civiles. Asimismo, afirma que otras 1.200 personas han resultado heridas.
Por otra parte, la ofensiva militar lanzada por Israel contra la Franja de Gaza tras los ataques de Hamás deja hasta la fecha más de 36.500 palestinos muertos y cerca de 83.000 heridos, según los datos publicados por las autoridades del enclave, controladas por el grupo islamista. A ellos se suman cerca de 520 palestinos muertos a manos de las fuerzas de seguridad y en ataques por parte de colonos en Cisjordania y Jerusalén Este.