El expresidente francés Nicolas Sarkozy podría estar desde hoy un poco más cerca de la cárcel. La Justicia gala le ha imputado por delitos de  “corrupción activa”, tráfico de influencias y violación del secreto profesional en lo que supone una acción legal sin precedentes para un exjefe de Estado francés.

Este anuncio de imputación llegaba esta madrugada después de que el expresidente hubiera pasado más de 15 horas declarando como testigo y otras tres horas ante los jueces a las afueras de París. Tras conversaciones e interrogatorios, los tribunales han dictaminado que quieren seguir investigando si Sarkozy y su entorno crearon una red de informadores que le mantenían al tanto de la evolución de los procesos judiciales que amenazaban al político conservador. Aquí también entra en juego el Caso de las Escuchas, con el que se quiere determinar si el político recibió dinero negro del depuesto dictador libio Muamar el Gadafi para su campaña presidencial de 2007.

Por todo ello, el que hasta ahora fuera considerado un referente del centro-derecha francés se enfrenta a una pena de 10 años de prisión y hasta 500.000 años de multa. Además, quedaría inhabilitado para cargo público, con lo que no podría cumplir sus intenciones de regresar a la política para los comicios de 2017.

Su abogado y un alto magistrado también han sido imputados en el mismo caso. Ante estas noticias, los miembros de su partido han pedido prudencia y esperar a que la Justicia ofrezca una sentencia definitiva.