La junta militar de Níger ha retirado el permiso de explotación de las minas de uranio a la compañía gala Orano, participada mayoritariamente por el Estado francés, tan solo unas semanas después de que la agencia de noticias Bloomberg informase de que Rusia estaría intentando hacerse con estos yacimientos.
«Orano toma nota de la decisión de las autoridades nigerinas de retirar el permiso de explotación del yacimiento a la filial ‘Imouraren SA’ a pesar de la reanudación de las actividades ‘in situ’, conforme a las expectativas que habían manifestado», ha comunicado la empresa.
En ese sentido, Orano ha explicado que ya habían reabierto las infraestructuras del yacimiento de Imouraren para poner en marcha la producción tras haber presentado una propuesta técnica a petición de las propias autoridades nigerinas, y la compañía considera que las condiciones actuales del mercado como la «subida favorable del precio del uranio» permitían reconsiderar esta reapertura.
«Orano sigue dispuesta a mantener abiertos todos los canales de comunicación con las autoridades nigerinas sobre este asunto, al tiempo que se reserva el derecho de impugnar la decisión de retirar el permiso de explotación minera ante las jurisdicciones nacionales o internacionales competentes», ha añadido.
La compañía también ha mostrado su «temor» de que la retirada del permiso tenga efectos negativos en el desarrollo económico y social de la región, que vive una gran inestabilidad por la fuerte presencia de grupos yihadistas y conflictos intercomunitarios.
Tras ello, ha destacado que su presencia en el país se remonta a más de cinco décadas en las que ha «contribuido» al desarrollo del sector del uranio a través de un «enfoque responsable basado en la asociación y la transparencia» y mediante las consultas tanto con el Estado nigerino como con la población local.
Según Bloomberg, la empresa estatal rusa Rosatom habría tenido contactos preliminares con las autoridades nigerinas encabezadas por el general Abdourahamane Tchiani, que se hizo con el poder tras el golpe de Estado del 26 de julio de 2023, para traspasar la titularidad de los activos de Orano en el país a través de cambios en las licencias de explotación de las minas.
El movimiento se enmarcaría dentro de una creciente influencia del Kremlin en el continente africano que coincide con el repliegue occidental en la región, en particular, de Francia, antigua potencia colonial.
El estado africano, responsable del 4 por ciento de la producción mundial de uranio, es clave para la cadena de suministros del sistema energético galo, ya que este mineral es necesario para el funcionamiento de sus centrales nucleares y de Níger procedería hasta un 15 por ciento del uranio empleado en Francia.
Acorde a los datos de la Asociación Nuclear Mundial consultados por Europa Press, Francia generó en 2022 un total de 475 teravatios hora (TWh), de los que 295 TWh, o el 62,1 por ciento, tuvieron un origen nuclear.