Nissan cerró su año fiscal 2023 con un beneficio neto que se disparó un 86,38%, hasta los 449.552 millones de yenes (2.688 millones de euros), a pesar del golpe a las ventas que supuso la caída de las entregas en China y la pérdida de un 0,1% de cuota de mercado mundial, según ha confirmado el grupo en un comunicado este jueves.
Las ventas globales se mantuvieron en 3,44 millones de unidades, afectadas, en todo caso, por la intensificación de la competencia en ventas y las nuevas marcas que operan en el mercado chino. Los ingresos netos consolidados de Nissan fueron de 12.686 billones de yenes (75.830 millones de euros).
El beneficio operativo a cierre de ejercicio creció un 51%, hasta los 568.718 millones de yenes (3.399 millones de euros), con un margen operativo del 4,5%, con motivo de los problemas de logística derivados de, entre otros, los retos de la inflación y el terremoto del pasado 1 de enero de 2024 en la península de Noto (Japón).
La automovilística nipona ha pronosticado una ganancia operativa mayor de la esperada para el año fiscal 2024 gracias a los recortes de costes y el abaratamiento de sus modelos eléctricos en China. Ahora, la japonesa espera unos beneficios de unos 600.000 millones de yenes (3.588 millones de euros) hasta marzo de 2025.
La debilidad del yen, ha asumido la firma en su presentación de resultados, debería impulsar las ganancias de la compañía en unos 70.000 millones de yenes (418,6 millones de euros).
INCREMENTO DE VENTAS EN JAPÓN
Nissan ha pronosticado unas ventas mundiales anuales de automóviles de 3,7 millones de unidades, en comparación con los 3,4 millones del año anterior. Así, estima que las ventas en Japón y el sudeste asiático serán «fuertes».
En marzo, fue la firma la que confirmó que tenía como objetivo vender 1 millón de vehículos adicionales dentro de tres años y un margen de beneficio operativo de al menos el 6% mediante la fabricación de nuevos modelos. También ha dicho que quiere reducir el coste de los vehículos eléctricos de próxima generación en un 30%, con el objetivo de lograr la paridad de costes de producción entre los vehículos eléctricos y los de combustión para 2030.
La compañía también planea invertir más de 400.000 millones de yenes (2.392 millones de euros) en capacidad de baterías y comenzar a implementar vehículos con baterías de estado sólido en 2028.
Además, la automovilística ha confirmado el incremento del dividendo hasta los 20 yenes por acción (0,12 euros por título) y las expectativas de volver a incrementarlo hasta los 25 yenes por acción (0,15 euros) en el ejercicio fiscal de 2024.