El fabricante finlandés de equipos de telecomunicaciones y redes Nokia obtuvo un beneficio neto atribuido de 947 millones de euros en los nueve primeros meses de 2021, multiplicando por más de cinco las ganancias de 170 millones contabilizadas en el mismo periodo de 2020, según ha anunciado la compañía, que ha advertido de la incertidumbre sobre las cadenas de suministro de semiconductores.

«Creemos estar bien posicionados para capitalizar la fuerte demanda en nuestros mercados finales a través de un liderazgo tecnológico fortalecido y una competitividad de costes mejorada», declaró Pekka Lundmark, presidente y consejero delegado de Nokia. «Sin embargo, la incertidumbre en torno al mercado mundial de semiconductores limita nuestra visibilidad en el cuarto trimestre y en 2022», advirtió.

Entre enero y septiembre, las ventas netas de la compañía finlandesa sumaron 15.788 millones de euros, un 3% más que un año antes, incluyendo un avance del 14% en los ingresos del negocio de infraestructuras, hasta 5.420 millones, y del 11% en el área de tecnologías, hasta 1.133 millones, mientras que las ventas del negocio en la nube y por servicios se mantuvieron estables en 2.125 millones.

De su lado, el negocio de la división de redes de Nokia alcanzó en los nueve primeros meses de 2021 unos ingresos de 6.957 millones de euros, lo que representa un retroceso del 4% en comparación con el mismo intervalo de 2020.

En el tercer trimestre, Nokia registró un beneficio neto atribuido de 342 millones de euros, un 77,2% por encima del resultado contabilizado un año antes, mientras que sus ventas netas aumentaron un 2%, hasta 5.399 millones.

De cara al conjunto del ejercicio, la compañía espera alcanzar una cifra de negocio neta de entre 21.700 y 22.700 millones de euros, mientras que confía en que su margen operativo comparable oscile entre el 10% y el 12%.