Detallando los grandes retos a los que se enfrenta Europa ha comenzado el vicepresidente de la Comisión Europea su ponencia, por cierto, tras los varapalos que los empresarios le dedicaban en la jornada de ayer “a la lentitud en la toma de decisiones por parte de los líderes europeos”.
Críticas merecidas, ha reconocido Joaquín Almunia, que ha querido salpicar – en cierta manera – las culpas del organismo al que representa – Comisión Europea – y ha apuntado al lento avance en el consenso de los políticos de los 27: “Los acuerdos que se firmaron en la madrugada de anteayer, los diseñamos nosotros (CE) hace casi un año”, ha asegurado Joaquín Almunia.
¿Ministro de Finanzas común?
Varios palos ha tocado Almunia, quizá el más relevante tiene que ver con el de reforzar la política económica común de la zona euro. Es más el también comisario de Competencia ha afirmado que “si fuera necesario los estados miembros estarían dispuestos a ceder soberanía a favor del conjunto”, es decir, deja entrever que podría haber en un futuro un ministro de finanzas común.
El primer paso, ha dicho, es que Jean – Claude Juncker no repetirá como presidente del Eurogrupo, “queremos un director de orquesta que se dedique solo y exclusivamente a presidir el organismo”.
Responde a la banca.
Defensa a ultranza de la recapitalización por parte de Joaquí Almunia, “las pruebas cuestionan un marco de tensión que puede darse, pero que las instituciones tendrán en cuenta que están diseñando una prueba muy exigent”, ha reconocido con ánimo.
Sin embargo, no todas las palabras de Almunia han sido amables, el gesto del vicepresidente de la Comisión Europea ha cambiado cuando ha recordado las palabras que se vertían ayer en este VII Congreso CEDE, “no hemos perdido la batalla de Trafalgar”, ha insistido en respuesta a las críticas lanzadas desde Bilbao, y ha añadido “con el pacto de se firmó en la madrugada del lunes, ganamos todos”.