Juan Astorqui alega que durante mucho tiempo, nuestro país ha tenido el único eslogan de “sol y playa” mientras otros países europeos se esforzaban en garantizar la calidad de sus productos. Ha puesto, en diario Financiero, como ejemplo el caso germano, concretamente el que usa para sus coches: “ágil, fiable, seguro, alemán”. Además opina que “crear una imagen de cero es una tarea relativamente fácil, cambiarla es bastante más complejo”. Por esta razón, Astorqui considera que “no vale con que el Estado haga una campaña, tiene que haber también inversiones por parte de las empresas”. Aboga por que éstas tengan un “código de conducta” de manera que entre todos hagamos “país” para que luego el Estado traslade esa imagen al exterior.
El principal problema que conlleva la falta de confianza en nuestra marca según Astorqui, es que la financiación de las compañías españolas es “bastante más cara que hace unos años”. Esto ha llevado a las empresas a “intentarse desligarse de la españolidad de su marca” añade. El objetivo tiene que ser por tanto “recuperar la credibilidad desde dentro”, ya que mientras las empresas con confíen en sí mismas y en España no será posible proyectar buena imagen al exterior.
En cuanto a la situación europea y las exigencias para que España reduzca el déficit, Astorqui opina que tenemos que ser conscientes de que “vivimos en un club de 27 países” por lo que es tarea del presidente, Mariano Rajoy, llevar a cabo una política internacional eficiente. Por otro lado opina que “los debates sobre nuestra relación con Europa y los cumplimientos de déficit hay mucho de estrategia”, enfocada en su opinión, a que acepten un déficit del 4%.
Por último ha hablado de la situación del sector financiero, en el que, según dice, “la transparencia es un mito” . Pese a ello, afirma que “todas las obligaciones de dar información por parte de las entidades “se han cumplido a rajatabla”, y ha recordado que “el Banco de España tenía dos despachos en Caja Madrid” aunque también matiza que “lo que haya hecho con la información recopilada es otra cosa”. Astorqui asegura que “hay prudencia y miedo a hacer pública toda la información”, algo que considera propio de la crisis, aunque pronostica que al final acabará sabiéndose todo.