Lo que realmente preocupa a Europa es Grecia.
Y es que crece la tensión social en el país, a apenas tres días de la reunión del Eurogrupo, donde se decidirá sobre la concesión del nuevo rescate a cambio de una dura política de austeridad.
Todo ello después de que Atenas haya acordado recortar 365 millones de euros adicionales que sacará de los salarios del sector público, y de los ministerios de Defensa, Sanidad, Interior y Trabajo.
Así, el país heleno espera recibir luz verde el próximo lunes a esos 130.000 millones de euros procedentes de la Troika que le saquen de la bancarota.