José Manuel Durao Barroso última los detalles de sus propuestas en materia de recapitalización de los bancos europeos, con el objetivo de aumentar la resistencia a la crisis y evitar, además, que se repitan casos como el de la entidad franco-belga Dexia. La apuesta de Barroso pasa por una acción coordinada de los países de la Unión, para liberar a las entidades de sus activos tóxicos. Desde Bruselas no han hecho estimaciones, aunque si el FMI, que sitúa la inyección de capital extra entre 200 mil y 300 mil millones de euros. Con las propuestas del Ejecutivo comunitario en las manos, los jefes de Estado y de Gobierno deberán tomar una decisión en la cumbre prevista para el 23 de octubre. Precisamente ese Consejo se ha visto retrasado una semana para dar más tiempo a preparar las capitalizaciones, aunque algunos indican que el retraso se debe a la falta de entendimiento entre Francia y Alemania. Por un lado, la canciller Angela Merkel, defiende que el refuerzo provenga de fondos privados y que el acceso quede restringido a los países más débiles, y por otro, el presidente francés aboga por recapitalizar sus bancos con el objetivo de no perder su calificación crediticia triple A.