Se trata de una práctica que comenzaron a hacer los grandes almacenes de Estados Unidos allá por los años 70. Se celebra el viernes siguiente al Día de Acción de Gracias y, con él, se inicia la temporada de ventas navideñas. Aunque el origen del nombre no está claro, podría deberse a que las cuentas de las tiendas pasan de números rojos, a negros, es decir, en positivo.

En España, esta tradición se están implantando tímidamente, pero ya hay tiendas, como El Corte Inglés, Inditex o Amazon.es, que ofrecen descuentos para adelantar a este viernes las compras navideñas.

Y no es de extrañar, porque según la NFR (la Asociación de Comercios Minoristas de Estados Unidos), el año pasado se realizaron ventas por valor de 247 millones de dólares durante un solo fin de semana. Viendo el buen resultado del Black Friday y el Cibermonday (lunes siguiente, en el que también se ofrencen descuentos), los empresarios españoles también han decidido apuntarse a la moda.

No obstante, la iniciativa no tiene éxito en el pequeño comercio. Así lo ha confirmado la Confederación Española de Comercio (CEC), que reconoce que la implantación es escasa en estas tiendas. Fuentes de la organización aseguran que el año pasado algunos establecimientos del barrio de Salamanca permanecieron abiertos durante un horario superior al habitual, ofreciendo descuentos importantes a lo largo de toda la jornada, pero la iniciativa no tuvo el éxito esperado. Por eso este año el Black Friday de largo por la mayor parte de las pequeñas tiendas del país.