Ha aplaudido también que se estén realizando nuevas pruebas de estrés en condiciones más severas. En su hoja de ruta se incluye una sugerencia para los bancos. Deberían usar, dice, una parte de su capital propio como "colchón" para afrontar los riesgos de determinada deuda pública europea.
¿El objetivo? Aumentar también la confianza en la deuda pública. Y es que, según asegura Lautenschläger, hasta ahora la compra deuda pública carecía de riesgo, pero la amenazante suspensión de pagos de Grecia ha obligado a cambiar de planteamientos.
Una quiebra que según el Gobierno alemán no va a producirse. En otro de los rotativos germanos, el ejecutivo da por hecho la reestructuración de la deuda helena. El gobierno, en este sentido, presiona a los bancos para que acepten una contundente recapitalización que sirva de cortafuegos entre la crisis griega y el sistema financiero europeo.