Durante esta comparecencia centrada en el viejo continente, el primer ministro británico, David Cameron, tendrá que hacer encaje de bolillos para contentar a los pro y a los anti europeos de manera conjunta. De momento, lo que sí que parece claro es que va a intentar exigir a Bruselas que devuelva algunas competencias a los poderes nacionales y que reforme las estructuras para hacer frente a la crisis que sufre la zona euro.

Precisamente estas podrían ser las dos condiciones que imponga Cameron para evitar que se lleve a cabo un referéndum de pertenencia a Europa, que podría plantear de cara a 2014. Además, este discurso del dirigente británico llega después de que ya tuviera que cancelar su comparecencia prevista para la semana pasada como consecuencia de la crisis de los rehenes en Argelia.