En Bruselas, se han reunido el primer ministro británico, David Cameron, el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, y el del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, quienes demandan acciones contundentes inmediatas para impulsar el crecimiento y empleo.
Cameron coge este testigo y viaja ahora a Berlín para analizar la situación con la canciller alemana. Y es que ambos mandatarios difieren en algunos puntos. Merkel quiere exige también la creación de un nuevo impuesto para el conjunto de la UE que grave las transacciones financieras porque frenaría parte de la especulación pero Londres -que no pertenece a la eurozona- se opone frontalmente a la iniciativa porque dañaría a su potente sector bancario.
Otro de los frentes es el papel que debe jugar el BCE. Mientras que Cameron quiere que pueda comprar deuda en el mercado primario como la Reserva Federal, Merkel no quiere ni oír este debate. En la agenda, también está dar voz en los asuntos económicos a Londres y el resto de países que no son de la eurozona.