El Instituto de Estudios Económicos ha presentado su informe de Coyuntura Económica, en el se analiza la coyuntura económica española, y se dan las claves que podrían resolver los principales problemas que mantienen a España anclada en la crisis económica.
Claves para salir de la crisis
La consolidación fiscal está teniendo efectos negativos en la economía que deben de ser compensados con reformas estructurales. Convendría adelantar el calendario de la reforma del sistema de pensiones en lo relativo a la edad de jubilación. Es imprescindible diseñar un plan de reforma integral de las Administraciones Públicas dirigido a elevar su eficiencia y a reducir su tamaño, mediante una profunda reorganización de su estructura y funcionamiento, junto con la apertura a la iniciativa privada en la gestión de diferentes áreas y servicios.
Otra reforma pendiente es la referente a la competitividad y a la productividad de las empresas. Se tendría que adoptar todo tipo de medidas que incentivasen la creación de empresas capaces de vender sus productos en el exterior. También es importante acabar con las trabas administrativas, además de aprobarse, cuanto antes, la ley de emprendedores.
Así mismo, se deberían eliminar las subvenciones que distorsionan el mercado y potenciar la figura de las sociedades de capital-riesgo como alternativa para financiarse. Por último, se debe señalar que la reforma financiera va por buen camino, pero es crucial que el capital social del “banco malo” (Sareb) sea mayoritariamente privado, ya que, en tal caso, los fondos aportados por el Estado no computarían como déficit.
Coyuntura económica
El PIB de la zona euro se contrajo un 0,1% en el tercer trimestre de 2012, y con este han sido ya cuatro trimestres consecutivos con tasas de crecimiento nulas o negativas. No obstante, existen notables diferencias por países, ya que Francia y Alemania presentaron resultados positivos, aunque muy modestos, mientras que Italia y España han continuado en recesión, con unas condiciones financieras restrictivas. La tasa de inflación se ha mantenido en niveles moderados, en el 2,2% en noviembre, a pesar del impacto alcista derivado de diversos cambios regulatorios, como las subidas de los impuestos indirectos, acontecidos en varios países.
Ya en España, en el tercer trimestre de 2012, el PIB se contrajo un 0,3%, lo que supone una mejoría con respecto al descenso del 0,4% recogido en los dos trimestres anteriores, debida a la menor caída de la demanda nacional, por la suavización del descenso del consumo de los hogares debido a la subida del IVA y por un ligero repunte de la inversión en bienes de equipo. La evolución del consumo para el conjunto del año se situará en un -1,8%, que, junto con la pérdida de capacidad adquisitiva por la inflación y la eliminación de la paga extraordinaria de los funcionarios, conducirá a una caída muy intensa en el último trimestre. Respecto al consumo público, en el cuarto trimestre cabe esperar un recorte de esta variable, ya que será necesario para poder cumplir con los objetivos comprometidos de déficit. Así, la previsión para 2012 y 2013 se sitúa en una variación del -4,2% y del -4,5%, respectivamente.
Las exportaciones de bienes y servicios, por otra parte, experimentaron en el tercer trimestre un extraordinario repunte del 4,8%; pero las importaciones también registraron un acusado incremento del 2,4%, por su elevada elasticidad con respecto a las exportaciones debido al elevado contenido en productos intermedios importados de los productos destinados a la exportación.
El ritmo intenso de la caída del empleo ha continuado en 2012, mientras que, por el contrario, se ha recuperado del empleo no asalariado, tendencia que se inició a finales del pasado año y que se lleva observando desde el inicio de la crisis por la reducción de la población extranjera. No cabe duda de que en el último trimestre de este año no va a observarse ningún cambio a mejor en la evolución de esta variable. También se ha reducido de la tasa de ahorro de los hogares, que en el segundo trimestre representó el 9,6% de su renta disponible bruta, como consecuencia de la caída del empleo, del aumento de los impuestos y del aumento del coste de la vida.
Por otro lado, la reducción del déficit corriente ha resultado de una caída de la inversión superior al del ahorro. En el segundo trimestre del año, el déficit público ascendía al 8,7% del PIB para el conjunto de las AA.PP., excluyendo las pérdidas por los rescates a las entidades financieras. A mitad del ejercicio, el avance en la corrección del déficit hacia el objetivo comprometido para este año había sido muy escaso. De hecho, hay indicios de que las Comunidades Autónomas han vuelto a acumular un volumen importante de facturas sin pagar. En suma, va a ser muy difícil que se cumpla con los objetivos de déficit para el conjunto de las AA.PP., salvo que se acometan reformas estructurales adicionales.