"El copago es una decisión política"

El sector farmacéutico está siendo fuertemente golpeado por las consecuencias de la recesión económica. Las Comunidades Autónomas deben cerca de 6.300 millones de euros a la industria farmacéutica, pero pese a esta situación desde Farmaindustria no contempla un desabastecimiento a las administraciones públicas, aunque advierten de que "no se puede vender de manera indefinida sin perspectiva de cobro".

Humberto Arnés tiene la esperanza de que se encuentre una solución al pago de la deuda acumulada por parte de las administraciones porque el sector se ve alentado por la buena dirección de las negociaciones mantenidas con el Estado. Arnés considera que es buena la inciativa del ministro de Hacienda, Cristobal Montoro, con la que se aprueba una línea ICO a las autonomías para hacer frente al pago de los proveedores.

Ante el difícil escenario son varias las compañías del sector las que están buscando vías alternativas para cobrar la deuda de la Administración. Es el caso de Roche presentó un contencioso contra el Gobierno de Cantabria al acogerse a la Ley de Morosidad, y logró cobrar 2,5 millones en 173 días, pero no es la única, porque representantes empresariales de Suiza,Francia y Alemania han enviado una misiva al presidente del Gobierno de España para elevar la presión institucional. Este problema ha sido analizado por Humberto Arnés, director general Farmaindustria, quien ha alertado de que  el volumen del sector es equivalente al que tenían en 2006; unos datos que reflejan la difícil situación por la que está atravesando el sector.

QUITA

En paralelo a las ayudas no se descartan quitas en la deuda, pero la industria farmacéutica no considera que se vaya a llevar a cabo una  condonación de la deuda "porque la renuncia de intereses de demora es un hecho admitido por todos y ya supone renunciar importante a una cantidad cuantiosa" ha advertido Arnés. De hecho, considera que puede tener una repercusión negativa para la confianza de nuestro país "la quita en comunidades autónomas o en el Estado español castigaría el rating de España porque un país que dice 'quizás' da una clara señal de insolvencia y por lo tanto tendría un castigo en los mercados internacionales financieros. Ante este respecto y con la premisa de que no considera oportuna ninguna quita el director general Farmaindustria, cree que lo que se está barajando para las corporaciones locales es "una quita para apelación en los cobros, que en ningún caso es obligatoria" ha aclarado.

AYUDAS A LA INDUSTRIA

Medidas como el céntimo sanitario o el copago son medidas que se llevan a cabo para intentar reducir el déficit de la Administración Pública con el objetivo, subraya Arnés, de conseguir sostenibilidad del sistema público de salud en aras de que sea equilibrado y permita un desarrollo de la actividad empresarial de los proveedores al sistema. Un sistema que a su juicio debe funcionar "en términos de normalidad y permitir el acceso de los ciudadanos a todos los tratamientos". Para conseguir esto, ha señalado,  se requiere presupuestar adecuadamente y que la sanidad sea considerada prioridad en los presupuestos públicos.

La solución para Farmaindustria pasa también por reducir bolsas de ineficiencias en el sistema público de salud en términos de RRHH, de compras y de atención a pacientes y promover un uso responsable de los servicios consumidos por los ciudadanos porque es un elemento de gasto para la Administración. Para evitar un uso irresponsable, Arnés recomienda "establecer una cartera de servicios públicos y básicos en función de las necesidades y las posibilidades económicas de nuestro país".

"El copago es una decisión política, nunca decimos que sea una opción que deba proceder de los proveedores", ha aclarado. Advierte además que "nuestro país tiene margen de mejora en este sentido, porque tenemos el nivel de copago más bajo de Europa, aunque no nos declaramos ni en favor ni en contra".

A pesar de la imparcialidad de la industria farmacéutica hacia esta decisión asegura que el copago tiene consecuencias negativas sobre el mercado porque tiene un "efecto recaudatorio muy importante"; un efecto disuasorio que a su juicio, no es  beneficioso para la industria farmacéutica  ya que , advierte, si se venden menos medicamentos obviamente hay una repercusión en la cuenta de resultados de las compañías.

"Un elemento fundamental para reducir el gasto farmacéutico para es necesario un uso responsable y racional de los medicamentos. En este sentido hay mucho que hacer por parte de la industria, de los profesionales sanitarios y los ciudadanos" ha concluido.