Hace ya varios años que los consumidores europeos están inevitablemente afectados por una crisis económica global a la que es difícil abstraerse; el índice de desempleo, que alcanza sus cotas máximas en la zona euro, les ha minado la moral; las políticas de ajustes presupuestarios que se están aplicando en casi todos los países del continente influyen en su poder adquisitivo que, según todos los indicadores, será menor en 2013. No obstante, frente a todas estas dificultades, los consumidores europeos están demostrando una gran capacidad de reacción y de adaptación.
En años anteriores los consumidores han tratado de controlar sus gastos todo lo posible y tampoco han dudado en recortar los más superfluos. Ahora, el estudio El Observatorio Cetelem 2013 que analiza las tendencias y hábitos del consumo europeo ofrece una conclusión más: el consumo alternativo y colaborativo se afianza cada vez más entre los ciudadanos comunitarios: trueque, productos de segunda mano, compras colectivas, alquiler, compra directa del productor, intercambio de servicios… son algunos de los numerosos fenómenos que ya se han convertido en una realidad para un gran número de ciudadanos europeos.
No obstante, la evolución económica, tecnológica y social hace que en El Observatorio Cetelem pensemos que se trata solo del principio de un fenómeno que perdurará algún tiempo más. Así, el consumo alternativo adquirirá cada vez una presencia mayor en nuestra vida durante los próximos años, tal y como revela la última edición de El Observatorio Cetelem, un estudio realizado en colaboración con el gabinete de estudios y asesoría BIPE y basado, en esta ocasión, en las respuestas de más de 6.500 consumidores de 12 países europeos, a saber: Alemania, Bélgica, Eslovaquia, España, Francia, Hungría, Italia, Polonia, Portugal, República Checa, Rumanía y Reino Unido.
Reducción del gasto y aumento de la intención de ahorro
Ante los efectos de la crisis los consumidores europeos han cambiado sus estilos de vida, priorizando sus presupuestos económicos. En este sentido, la realidad es que la mayoría de todas las partidas ha disminuido, exceptuando los denominados gastos vitales: la alimentación, evidentemente, pero también los gastos sanitarios. Estos últimos, como es obvio, ocupan un lugar privilegiado en el presupuesto de los europeos puesto que la mayoría no los ha reducido aún. Sólo el 34% de los europeos, el 26% de los españoles, afirma que aumentará sus gastos durante los próximos 12 meses.
Por otra parte, la incertidumbre económica y la falta de voluntad de los consumidores juegan a favor del ahorro europeo. La intención de aumentar el ahorro está al alza entre la mayoría de consumidores que se lo pueden permitir. Dos países del sur de Europa marcan la excepción: España y Portugal, donde la intención de aumentar el ahorro es menor que el año anterior; esta bajada a contracorriente del resto de países se explica por la situación económica crítica de los hogares portugueses y españoles, que estuvieron a la cabeza de quienes declararon percibir unos ingresos insuficientes para hacer frente a sus gastos (65% y 50%, respectivamente), y también que tendrían que hacer uso de sus ahorros (6 y 11% respectivamente) o que recurrirían a créditos al consumo para llegar a fin de mes (10 y 6% respectivamente).
Consumo alternativo: productos de segunda mano
El mercado de segunda mano, que desde hace décadas ha obtenido respuesta por parte de los consumidores a la caza de antigüedades y rastrillos, ha encontrado en Internet un medio de difusión sin precedentes (el 89% de los europeos consultados afirma utilizar Internet en sus procesos de compra). Comprar un producto de ocasión sigue siendo la mejor manera de conseguir “gangas”, sobre todo, en época de crisis: un acto de consumo que hoy en día abarca al 59% de los europeos, pero que se intensificará hasta el 68% en los próximos meses. En el caso de España, un 63% de ciudadanos afirma comprar actualmente productos de ocasión, cifra que se intensificará hasta el 76% en los próximos años, según lo manifestado en el estudio de Cetelem.
Consumo alternativo: el trueque
La alternativa más radical si cabe al sistema de ventas, el trueque de bienes, parece no ser tan popular entre los consumidores europeos hoy por hoy (casi un tercio de ellos lo ha practicado). Sin embargo, las ventajas económicas y ecológicas, así como el placer de intercambiar, lograrán persuadir a más de la mitad de los consumidores de practicarlo en el futuro (un porcentaje de interesados que llega incluso al 75% en el caso de los portugueses y un 55% de los españoles). Paralelamente, el 75% de los europeos, el 73% de los españoles, piensa revender objetos que ya no utilizan
Consumo alternativo: la compra colectiva
A medida que la oferta cobra fuerza y los fabricantes entran en el juego, los consumidores europeos se adscriben cada vez más al modelo de compra colectiva, nuevamente ayudados por Internet. Aunque, en conjunto, este modelo triunfa en las encuestas de intención de los europeos, las disparidades son importantes entre los países del norte (Alemania y Reino Unido) más reticentes a la idea, y los del sur (con Italia y Portugal a la cabeza) especialmente fanáticos de las agrupaciones de compradores.
En el caso de España, un 40% declara realizar actualmente compras en este tipo de páginas, comportamiento que aumentará en los próximos meses hasta un 63%.
Consumo alternativo: el alquiler
El alquiler frente a la compra es una modalidad de consumo que aún no está demasiado extendida. No obstante, y aunque minoritaria, esta tendencia se expandirá fácilmente en lo que respecta a los equipos que se utilizan esporádicamente, tales como los deportivos, de bricolaje o jardinería: en el futuro, un tercio de los europeos preferirá alquilarlos a comprarlos… y más del 10% preferirá incluso alquilar este tipo de material de forma duradera.
España destaca por encima de la media Europea en lo que al alquiler esporádico de material de bricolaje se refiere con un 37% frente al 33% de media europea.