A unas horas de que dé comienzo en Bruselas la cumbre de los 27 las declaraciones de los líderes europeos no invitan al optimismo. Todos tienen un objetivo común: salvar el euro, pero no quieren dejar a un lado los intereses particulares de cada país.
El ejemplo lo tenemos en Suecia. A su llegada a la reunión del Partido Popular Europeo, el primer ministro sueco, Fredrik Reinfeld, señalaba que cambiar los Tratados de la UE como proponen Francia y Alemania no es la solución que esperan los mercados.
Otros de los países pesimistas ante el futuro del euro es Francia. El ministro francés de Asuntos Europeos, Jean Leonetti, advierte de que la situación es grave, e incluso hablaba de que el euro puede explotar y Europa deshacerse.
El mensaje optimista previo a la cumbre de esta tarde llega desde EEUU. El secretario del Tesoro estadounidense Timothe Geithner asegura que su país se siente "reconfortado" por los progresos "de las últimas semanas" y aprueba los progresos de la UE para alcanzar una integración fiscal europea.