Para intentar reducir la abultada tasa de paro el FMI apuesta por un gran pacto entre empresarios y trabajadores que incluya una rebaja de sueldos generalizada del 10%.

Ese recorte vendría acompañado de una reducción en las cotizaciones a la Seguridad Social y después de subidas de los impuestos indirectos.

Según el organismo que dirige Christine Lagarde, ese acuerdo debe complementar, no sustituir, a las reformas estructurales. Sobre el objetivo de déficit, el FMI cree que el déficit no se situará por debajo del 3% hasta 2018 aunque elogia el "compromiso de las autoridades con la consolidación fiscal" y asegura que "los nuevos objetivos estructurales a mediano plazo logran un equilibrio razonable entre la reducción del déficit y el apoyo al crecimiento a corto plazo".