Lucas Papademos ha señalado que “es concebible” que Grecia necesite, de nuevo, algún tipo de ayuda financiera, puesto que el país heleno podría no recuperar el acceso a los mercados incluso aplicando en su totalidad el conjunto de medidas pactadas con la UE.

El primer ministro griego ha admitido que se hará todo lo posible para que no sea necesario un tercer programa de ajustes y ha subrayado que la reestructuración de la deuda "no es la mejor solución para resolver los problemas de presupuesto", aunque apunta que cuando el déficit alcanza niveles considerados insostenibles por los mercados será “inevitable”.

Por otro lado, ha criticado a quienes consideran por un regreso a la moneda griega, ya que, a su juicio, las consecuencias serían "devastadoras". En su opinión provocar una alta inflación, un tipo de cambio inestable, y una pérdida de valor real de los depósitos bancarios.