Una fuente del gobierno heleno ha afirmado a la agencia Reuters que “el Gobierno griego está trabajando en el documento final que se someterá a discusión en el encuentro de esta tarde, a las 20:30 hora española”. La hora coincide con la fecha que los partidos que forman el Ejecutivo ateniense – conservadores, socialdemócratas y ultraderechistas – se dieron ayer para dar una respuesta a la "troika" sobre las exigencias internacionales, o de lo contrario, el crédito prometido – asciende a 130.000 millones – nunca llegará a su destino.
El ministro de Finanzas griego, Evangelos Venizelos, ha trasladado las negociaciones con la ‘troika’ a la fábula mitológica helena, las conversaciones son una auténtica "lucha contra la hidra", afirma Venizelos, en relación a la multitud de enemigos que se han levantado contra el Gobierno de unidad y que continúan levantando trabas ante un posible acuerdo con los responsables del FMI, el BCE y la CE.
Crítica que el titular de la cartera de Finanzas ha extendido a partidos y sindicatos que han convocado la huelga de hoy, a los que acusa ser los responsables de una actitud de aunténtico "populismo".
Mientras Grecia busca un ‘plan b’
La comisaria europea de Pesca, la griega Maria Damanaki, confirmaba – oficialmente – que parte del espectro económico – bancos y empresas – estaría preparándose para abandonar la moneda única. Es más, según Bloomberg, el primer ministro griego, Lucas Papademos, ha solicitado al ministerio de Finanzas que prepare un informe sobre las consecuencias de un default.
Si repasamos la hemeroteca, la semana pasada el primer ministro griego Lucas Papademos, amenazó con dimitir si los políticos no acentaban las medidas impuestas por los representantes de la troika (Comisión Europea, Fondo Monetario Internacional y Banco Central Europeo), y que supondría un desbloqueo de las ayudas internacionales.
Quién no tiene ‘plan b’ es Bruselas que sigue exigiendo
Grecia ha afrontado desde la 11 de la mañana una nueva huelga general de 24 horas. Protesta por los recortes que exige la Unión Europea para desbloquear el segundo tramo de ayuda, y que ha provocado la división en el Gobierno interino.
Los partidos opositores aseguran que no quieren llevar más pobreza y recesión a los griegos y, por ahora, se niegan a aceptar las condiciones. Básicamente: supresión de una de las pagas extra en la empresa privada, y reducción del salario mínimo y de las pensiones.