Italia consigue salvar los muebles de su última emisión de bonos y consigue rozar los 8.000 millones de euros previstos como techo de la subasta, pero lo hace a un precio muy elevado – la rentabilidad ha tocado con la punta de los dedos el 8% en el caso de los bonos a tres años – debido a la inversión de su curva de deuda.

A diferencia de lo que ocurrió la semana pasada con Alemania, que se quedó a medio camino en su emisión de 'bunds', Italia respira a pesar del alto coste de la subasta, y ve caer su prima de riesgo desde los 523 puntos básicos a los 512 enteros alcanzados en la media sesión.

A la espera de la reunión que celebra hoy el Ecofin y pendiente también de un posible visto bueno de Alemania a la compra masiva de deuda por parte del BCE, los inversores enfrían su desbandada de la deuda italiana.