El grupo de los 20 países se han comprometido a estar coordinados sobre todo en los dos pilares que ahora dan más dolores de cabeza: la economía y el empleo. Eso sí, según reza un comunicado oficial que ha puesto el broche a la cumbre, cada uno debe hacer su parte.Y Cannes deja deberes para todos. Ajustes para los peor situados y los que presentan superávit han dado el “sí” a realizar reformas que incentiven la demanda interna y a ser flexibles en los tipos de cambio.
Las felicitaciones no han tardado en llegar. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha destacado que Europa ha sido capaz de dar "una respuesta creíble a la crisis" , mientras que Zapatero ha destacado el reconocimiento que ha recibido España por las medidas aplicadas. Además, ha dejado claro que el ejecutivo no ha tenido que formular ningún compromiso adicional de austeridad, lo que nos aleja, ha segurado de países con problemas, como Grecia e Italia.
Desde la mayor economía del mundo, Barack Obama,ya ha citado entre los progresos la decisión de Italia de invitar al FMI a supervisar su proceso de reformas, un camino para resolver la situación griega y la identificación de herramientas para "apoyar" el plan de rescate europeo.
TAREAS PARA TODOS
Para combatir los riesgos a corto plazo el G-20 reclama que la eurozona acelere la puesta en marcha del plan contra la crisis de deuda y menciona directamente a Grecia y a Italia. En contraste, pide a Estados Unidos que aplique su plan de empleo y a Australia, Brasil, Canadá, China, Alemania, Corea e Indonesia que "dejen funcionar los estabilizadores automáticos" y "adopten medidas para apoyar la demanda doméstica".
En el extremo contrario se encuentra los países "con grandes superávits por cuenta corriente", que deben "jugar un papel importante a la hora de reequilibrar y sostener la demanda global". Por ello, han lanzado un llamamiento a Alemania y China para que adopten medidas de estímulo. Unas medidas que pasan por promover el consumo privado y la inversión. Otros países que pueden estimular la economía a largo plazo, según el G-20, son Japón, Indonesia y Corea.