Son datos de la Comisión Europea que han alarmado al propio organismo. Y es que el montante por los casos de insolvencia ha ascendido a 23.600 millones de euros y ha dejado una factura aún peor, se ha llevado por delante 450.000 empleos.
Ante estas cifras, Europa ha querido poner coto a estas prácticas. En este sentido, el comisario de Industria, Antonio Tajani, dice que “está decidido a acabar con la perniciosa cultura de la morosidad en Europa, un problema que preocupa, dice, desde hace tiempo a las empresas”.
De ahí que Europa haya iniciado una campaña en la que pide a los Estados miembros que aceleren la aplicación de la nueva directiva sobre morosidad. Esta norma obliga a las autoridades públicas a pagar a los proveedores en tres meses y en casos excepcionales en seis meses.