El primer ministro griego se enfrenta a un nuevo reto, esta vez más complicado que su victoria ayer en la moción de confianza: buscar a la desesperada un trato con el partido de la oposición para formar un gobierno de coalición. Sin embargo el líder del partido conservador no está dispuesto a firmar una alianza de urgencia con Papandreu y no deja de reclamarle un adelanto electoral.
Lo cierto es que el cronómetro del mandatario heleno continúa corriendo, y las puertas a las que llamar se van cerrando. A mediodía Papandreou ha sido recibido por el presidente de griego, Karolos Papoulias, para dibujar juntos la líneas de un Ejecutivo del que – lo más seguro – el ahora primer ministro no forme parte.
De momento Papulias ya ha asegurado ante los medios de comunicación que se dan cita a las puertas de la casa Presidencial ateniense, que Yorgos Papandreu hará "todos los esfuerzos necesarios para que el país no se vaya a la aventura de las elecciones".
Lo que si está confirmado es que los contactos que el primer ministro va a tener para tratar de constituir un nuevo ejecutivo, por cierto a cambio de su cabeza, se van a producir a lo largo de esta misma tarde.
El nuevo Gobierno.
Todos los rumores apuntan a que el actual ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos, se quién se haga con los mandos del nuevo Gobierno de coalición.
Eso siempre y cuando, se solvente el primer bache en las negociaciones, un escollo con nombre y apellido: Antonio Samaras, líder de Nueva Democracia, que con sus 85 escaños es el principal partido de la oposición, que no deja de pedir a gritos la cabeza de Papandreu en una bandeja.
Negociaciones intensas.
A cambio de que el primer ministro presente su dimisión, Samaras ofrece la puesta en marcha de un Ejecutivo de tecnócratas que apruebe en el Parlamento el plan de rescate y convoque inmediatamente elecciones generales.
Trato que el aún responsable del Ejecutivo griego se niega a aceptar, "Papandreou ha rechazado nuestra propuesta. Las elecciones son la única solución", afirma el líder de la conservadora oposición.