George Papandreu está en Bruselas donde se ha reunido con el presidente del Consejo, Herman Van Rompuy, para negociar el tramo del rescate heleno, cifrado en 8.000 millones de euros. Los dos mandatarios han evaluado los pasos dados por el país mediterráneo para lograr instaurar la calma a los mercados y recuperar la confianza de los inversores. Papandreu ha asegurado que se siente optimista para estar a la altura ante el desafío que tiene Grecia en común con el resto de Europa. Por ello pide a los líderes europeos, que en su próxima cumbre del 23 de octubre, tomen las decisiones correctas para encontrar una solución global. La tónica para conseguirlo pasa por una cooperación económica y por el refuerzo del fondo europeo de estabilidad financiera. Van Rompuy ha instando una vez más a Grecia a bajar el salario mínimo para impulsar el empleo. Por otro lado, el comisario europeo de Economía, Olli Rehn, ha afirmado que es importante que el sector privado colabore con la carga, ya que el sector público también está poniendo de su parte con préstamos y garantías para Grecia. Mientras, Atenas vuelve a estar paralizada por una convocatoria de huelga de 48 horas contra los recortes y las reformas impuestas por la troika formada por la UE y el FMI.