De esta forma, Portugal se queda a las puertas de la colocación máxima, calculada en los 750 millones de euros, y a pesar del incremento de la rentabilidad, consigue mantener la tasa de interés por debajo de la barrera del 5%.
Según los datos del Instituto de Gestión y del Crédito Público luso, el incremento del interés de esta última colocación de deuda, triplica la rentabilidad exigida por los inversores hace un año para comprar bonos con vencimiento a tres meses.