La gran novedad es que el Parlamento tendrá voz y voto en la elección del presidente y del vicepresidente del Comité de Supervisión. Por lo demás, se mantiene el acuerdo que los ministros de Finanzas alcanzaron en diciembre.

El BCE supervisará directamente a las entidades sistémicas, aquellas cuyos activos superen los 30.000 millones de euros o el 20% del PIB del país miembro. En el caso de los bancos más pequeños, la supervisión correrá a cargo de cada país.

Según el Comisario de Mercado Interior y Servicios Financieros, Michel Barnie, este primer acuerdo, que debe ser aprobado por todos los países miembros,  es “un paso esencial para restablecer la confianza en la solidez y la credibilidad de los bancos de la eurozona". Según el calendario previsto, el supervisor bancario deberá ponerse en marcha el 1 de marzo de 2014.