Después de romper una lanza a nuestro favor y decir que España ya no está en primera línea de los problemas económicos y financieros, el domingo ante los líderes europeos, hoy nos tira un jarro de agua fría. En su discurso, Sarkozy ha dicho que durante décadas, se ha hecho como si uno se pudiera exonerar de las reglas del sentido común y los países que no se han despertado a tiempo son países que ahora no pueden afrontar la situación".
El presidente galo dice que nuestra situación hace dos o tres años era un milagro y, ahora se pregunta, ¿quién querría estar en esta situación?. Ha insistido en que "un país que no hace el esfuerzo para controlar sus gastos es un país que ha dejado de ser independiente".
El presidente galo, junto con Merkel, está al frente de la negociación para tratar de llegar a un acuerdo que restablezca la confianza en la zona del euro.