Samsung y Sony han decidido acabar con la joint venture que mantenían desde hace 7 años por un cambio de estrategia de la japonesa. Una operación que costará a Samsung unos 715 millones de euros y que espera que se complete para finales de enero.
La venta responde a la decisión de Sony de vender su participación por un cambio de estrategia al estimar para este año en el negocio de televisores unas pérdidas por octavo año consecutivo al final del ejercicio fiscal nipón de unos 170 millones de euros. Para reducir costes, el tercer fabricante de televisiones ha decidido cambiar de mercado a la hora de adquirir pantallas fabricadas y apuesta por otros países como Taiwan.
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