La intención es que estas cuentas, en las que se recoge un gasto de 3,7 billones de dólares, sirvan para empezar a reducir el déficit del país. Pero para ello, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Jack Lew, también ha reclamado una gran reforma fiscal. La idea es que exista una mayor presión fiscal sobre las grandes fortunas y la eliminación de exenciones a las granes corporaciones.

Un plan que ha tenido ya cumplida respuesta desde las filas republicanas. Han destacado que hay que poner el acento de estos presupuestos en mayores recortes y reforma del gasto, y no tanto en las subidas impositivas.

Por cierto, que esta madrugada Bloomberg ha filtrado las previsiones de crecimiento del Fondo Monetario Internacional para Estados Unidos de cara al año que viene. Así, se sitúan en el 1,7% del PIB, tres décimas menos que en la revisión anterior.