El Tesoro ha tenido que pagar los intereses más altos desde 1997, un 7,08% de rentabilidad marginal y un 6,97% de media, para colocar 3.563 millones de euros. El colchón de la demanda, además, se ha reducido respecto a subastas anteriores.
El castigo de los mercados europeos ha empeorado el mal escenario que traía ya de casa la subasta. Y los problemas no se han concentrado sólo en la elevada factura si no que el importe colocado se sitúa lejos del objetivo máximo: 4000 millones. Miguel Méndez, analista de Hanseatic Brokerhouse, asegura que “en estos términos, el primer objetivo del nuevo gobierno deber ser evitar un rescate”.
Nada más conocerse el resultado de la emisión de deuda, la prima de riesgo de España batía récords al filo justo de los 500 puntos básicos, y la rentabilidad del bono español a diez años supera ya el 6,7%.