"La unión bancaria no solucionará el verdadero problema: la banca zombie”

Daniel Lacalle, gestor de fondos de inversión de la City y autor de 'Nosotros, los mercados', se ha mostrado “absolutamente en contra” de la unión fiscal demandada por Francia e Italia. “Puede que no sea políticamente correcto, pero no se puede esconder un problema bancario enorme, como el de los créditos zombies, con otro paraguas”, asegura antes de reconocer que esto es lo que se ha hecho con el FROB y las cajas en nuestro país. “Es dar dos patadas hacia adelante ante un problema que es la banca europea, que supone el 340% del PIB europeo, que tiene enormes préstamos zombies y que nadie sabe qué es lo que hay en esos balances”, ha explicado.

En este sentido, ha añadido que el problema de esta “japonización” es que se están refinanciación préstamos incobrables “a cobrar un milagro” y que la mora que se publica es muy inferior a la real. “El verdadero problema es que se sigue sin prestar a la economía real y productiva o se le presta a tipos inaceptables”, ha señalado. Así, apuesta por limpiar estos préstamos incobrables, algo que, dice, en la City londinense se conoce como 'efecto Pescanova'. “Una vez se acote este problema, se puede empezar a analizar cómo se recupera el crédito a las empresas que realmente están funcionando”.

Pero para solucionar el problema, Lacalle no cree que se trate de recibir más ayudas sino de que las entidades financieras realicen ampliaciones de capital.Si no se puede hacer de manera orgánica, habrá que acudir a los inversores, que para esto están cotizadas y que considerarán que es un buen momento de entrada”, ha explicado.

Al igual que no le gusta la unión bancaria, este gestor tampoco se ha mostrado a favor de la armonización fiscal ya que, a su juicio, significa subida de impuestos: “si nos unimos todos hacia arriba a nivel de impuestos, veremos como aumenta la desindustrialización en Europa”. Por ello apuesta por aprender de la competencia fiscal, que considera “maravillosa”, para atraer capital.

Poca efectividad de las medidas del BCE

El gestor Daniel Lacalle se ha referido también a la posible rebaja de tipos del Banco Central Europeo, una medida que no cree que ayude a mejorar el acceso al crédito de las PYMES: “venimos del 3% al 0,75% y no ha pasado nada”. Tampoco cree que sirvan de nada las peticiones de que el regulador preste directamente a las PYMES. Y es que este español considera que “el problema no son los tipos bajos, que además perpetúan la existencia de préstamos zombies, porque sale más barato mantenerlos vivos que limpiar el balance”. Este gestor de la City londinense también ha señalado que no cree que veamos un mensaje del regulador europeo en referencia a la inflación en el viejo continente ya que dicen, están viendo como los países que se dedican todos los días a la inflación, tampoco salen de la situación.

España, optimista en el cumplimiento del déficit

Sobre la situación de España, el autor de “Nosotros, los mercados” cree que si bien el Gobierno de Mariano Rajoy está siendo conservador en cuanto a crecimiento y empleo, está siendo demasiado optimista en cuanto al déficit. “No hay manera de que España pueda bajar del 5,5% o del 6% del déficit, a no ser que piensa que nuestra economía va a tener un Apple, Google o Facebook por el mundo”, ha defendido antes de explicar que en nuestro país tenemos empresas fundamentalmente industriales y de servicios con márgenes brutos muy pequeños que se contraen todavía más en tiempos de recesión.

Precisamente sobre nuestras empresas ha reconocido que han cometido un error de apalancamiento excesivo. “Se han endeudado de manera excesiva en apuestas muy especulativas de crecimiento casi de magia y sin lógica y han intentado redoblar la apuesta con más deuda”. Eso sí, reconoce que las empresas han empezado a hacer sus deberes y están desinvirtiendo de manera progresiva. Para ayudar a estas empresas, cree que el Ejecutivo de Mariano Rajoy debería instaurar un impuesto único bajo para todo el mundo y quitar todas las deducciones.

Finalmente, Daniel Lacalle ha reconocido que es imprescindible “recortar servicios esenciales” porque se están manteniendo estructuras que no son aceptables. Eso sí, ha reconocido que “ningún inversor exige que se destruye la sanidad o la educación, aunque sí que exige cuadrar las cuentas”.