Europa celebra desde esta tarde una reunión que se antoja clave para el futuro del euro. Los líderes europeos saben que la situación es “grave”, y por eso Francia y Alemania han acordado posturas y han enviado esta semana una carta al presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, en la que piden la implantación de una presidencia permanente en la zona euro, con reuniones mensuales de sus líderes para reforzar la gobernanza económica de la zona euro.
Estos dos países también van a plantear la reforma del Tratado de Lisboa, algo a lo que se oponen países como Suecia, para dotar a la UE de más capacidad a la hora de sancionar el déficit excesivo de los países del euro a cambio del compromiso con la disciplina fiscal, que permita en un futuro abrir la puerta a la creación de una "deuda común".
Otra de las medidas podría ser que los países de la zona euro acuerden un préstamo por valor de 150.000 millones de euros al FMI a través de préstamos bilaterales que procederían de sus bancos centrales. Además de lo anterior, se va a adelantar a 2012 la entrada en vigor del mecanismo europeo de estbilidad y se va a pedir que pueda participar directamente en la recapitalización de las entidades bancarias.