La directora científica de la Fundación Ingema, Maite Sancho, ha comentado en Edición Limitada que este modelo más humanizador no supondrá un sobrecoste para las arcas públicas, porque se trata de potenciar las actividades cotidianas que favorecen los tratamientos de alzheimer o demencia. Como ejemplo, dijo que una hora de clase de cocina puede ser más provechosa que otras actividades que requieren más medios.
Además, este modelo humano ayudará a mejorar la implicación de las familias con las residencias, para que acudan a realizar las actividades con su familiar y los ancianos se sientan como en casa, aunque lo ideal es que se queden en casa y se puedan ofrecer buenos servicios de dependencia.
En general, señaló que España es un buen país para envejecer, aunque hay muchas desigualdades entre unas comunidades autónomas y otras. Pero lo que queda, sobre todo, es seguir investigando y hacer mejor las cosas aunque se tengan menos medios económicos, como por ejemplo en la ayuda a las personas con demencia.