La transparencia es la clave

Llevamos cerca de año y medio sumidos en la crisis de deuda  en Europa, y Angela Merkel y Nicolas Sarkozy se han propuesto poner punto final a la misma en poco menos de un mes. Ambicioso objetivo, que pasa por la recapitalización del sector financiero con más de 100.000 millones de euros.

Enésimo plan de los dos grandes líderes de la Eurozona, cuyas palabras se las puede llevar el viento si no adoptan medidas concretas que permitan consolidar los balances de unas entidades cada vez más deterioradas. Una situación que, como casi todo en el seno de Europa, era conocida pero no confirmada. Basta, si no, con mirar lo ocurrido con Dexia -ahora recapitalizada por los Gobiernos de Francia, Bélgica y Luxemburgo- y que antes del verano sacaba un sobresaliente en los test de estrés.

Año y medio han tardado los miembros de la Eurozona en darse cuenta de la importancia de ser transparentes, y dejar de ocultar la situación de la banca. Bienvenida sea la rectificación, aunque llegue tarde, ya que permitirá aliviar la tensión en los mercados si se gestiona bien.